Decía un viejo jugador de póker que en toda partida hay un primo. "Si te sientas a una mesa, tienes que dedicar las primeras manos a saber quién es el primo. Si pasado ese tiempo no lo descubres, no te preocupes, el primo eres tú". ¿Quién es el "primo político" en la partida del PSOE de Canarias? El candidato con más posibilidades es Juan Fernando López Aguilar. No porque haya sido el primero en lanzarse, valiente y equivocadamente, a las procelosas aguas apostando mal y pronto por Susana Díaz, sino porque López Aguilar, siempre vehemente, ocupa el espacio político en las Islas que ocupaba Paxti López a nivel nacional: un espacio intelectualmente respetable pero prácticamente irrelevante. Aquí estamos a lo que estamos, que es a coger la sartén por el mango.

En realidad todo el pescado parece estar ventilándose entre la gente de Patricia Hernández por un lado y la alianza que podría gestarse entre Angel Víctor Torres, Loli Corujo, Chano Franquis, Gustavo Matos y otros líderes de las Islas. Ahí es donde va a cristalizar el duelo en su doble acepción de enfrentamiento y velatorio. No hay más que ver cómo están gestionando susanistas y sanchistas la posguerra: a puñalada limpia.

En todo caso, el partido no puede seguir como un pollo sin cabeza dando tumbos por la política canaria. La situación se presta a situaciones complicadas. Que se haya encargado la ponencia política del próximo congreso al ex secretario general José Miguel Pérez, a quien se considera partícipe, a título no lucrativo, de las dimisiones en la ejecutiva federal que reventaron los bajos del entonces secretario general, Pedro Sánchez, tiene a algunos haciéndose cruces.

Y es que hay demasiadas manos en la mesa y tienen que poner las cartas boca arriba. Será en julio. Es importante porque se trata de gestionar el viento a favor de un partido que reconquista cuotas de electorado. Pedro Sánchez ha tenido el acierto estratégico de colocarse al lado de la Constitución ante el desafío catalán. Y es previsible que la moción de censura de Pablo Iglesias se convierta en un peligroso bumerán para Podemos. Sánchez le va a recordar una y otra vez que tuvo la oportunidad de echar a Rajoy y apoyar a un presidente socialista y que no lo hizo. Que purgó a los disidentes que defendían esa postura, como Errejón. Y que se ha alineado con el independentismo catalán apostando por la fractura del Estado. Todo eso es dinamita para los pollos, porque va a empujar sociológicamente a Podemos hacia una izquierda radical y antisistema, algo que al PSOE le viene como agua de mayo.

En Canarias se abre una ventana de oportunidad en la izquierda. La gestión del aparato regional de Podemos con Sí se Puede ha sido desastrosa y las heridas abiertas con los "divergentes" complican un acuerdo electoral. Y Ciudadanos entrará en el Parlamento a costa de alguien. Para llegar a ese escenario favorable, los socialistas necesitan acabar con sus guerras intestinales. Y hacer eso que llaman "coser" el partido. Se refieren, sin duda, a los puntos de sutura.