Es la savia que fluye por el organismo de la clase dirigente de Podemos: don Pablo Manuel Iglesias, doña Irene Montero y compañía. Tratan de justificarlo en que la Constitución española es laica, dicen unas veces, otras dicen que es aconfesional. Es el juego de palabras con que, en esto y otras cosas, los dirigentes políticos tratan de adornarse una y otra vez.

Nuestra Constitución, la que nos dimos los españoles (incluidos los catalanes) en 1978, expone en el artículo 16, apartado 3: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".

Nuestra Constitución define al Estado como aconfesional. No lo define como laico. Y es que "aconfesional" significa "que no pertenece o está adscrito a ninguna confesión religiosa". Y "laicismo" es "doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa"; al fin y al cabo, doctrina competitiva con las doctrinas religiosas, ya sea católica, musulmana, protestante, judaica, etc. Y esto no lo dice nuestra Constitución.

Lo que se pone de manifiesto una y otra vez es la irascibilidad, el odio al sentimiento católico (Rita Maestre: "Arderéis como en el 36"); la petición de erradicación de la misa católica del domingo por TVE 2, efectuada por el líder de Podemos, el mismo que presentaba su cara como logotipo en las papeletas electorales para el Parlamento europeo.

No acierto a comprender de dónde le viene el furibundo anticatolicismo a don Pablo Manuel Iglesias, siendo que llamarse así contiene todas las excelencias del catolicismo: Pablo, uno de los apóstoles de Jesucristo; Manuel, que deviene de Emmanuel, y que como relataba San Mateo en el Evangelio, el profeta dijo: "He aquí que la virgen se empreñará en su vientre, y parirá un hijo, y le llamarán de nombre Emmanuel, lo que traducido es: Dios con nosotros"; Iglesias, plural de Iglesia: "Conjunto del clero y pueblo de un país done el cristianismo tiene adeptos".

Podemos nació de la expresión aglutinadora, aquel 15M, ante tanto despropósito, también acumulado, de los dos partidos que se habían estado repartiendo el Gobierno del Estado. Y nacía con una virginal transversalidad. Con el paso del tiempo se ha venido radicalizando sobre asuntos que no solucionan los problemas graves que España tiene. Y se está mostrando con un totalitarismo que yo creía periclitado desde la caída del muro de Berlín.