Entiendo perfectamente que el pueblo se divierta y disfrute de esta fiesta. Aunque también lo hice en el pasado, ahora ya no tengo edad y me aburren, así que me dedico a otros pasatiempos que me gustan más. Tampoco soy de acudir a los distintos actos, pero sí de ver algunos que se televisan, así que este año me vi un trozo del Concurso de Comparsas, el Certamen de Rondallas y la Gala de Elección de la Reina Adulta, pues con el Coso termino dándome una cabezadita de tres horas.

La gala me gustó, fue un espectáculo digno que mantuvo el escenario lleno en todo momento con los diferentes grupos que nada tienen que envidiar a profesionales. Me encantaron los presentadores, Jadel y Roko, dos grandes artistas que se esforzaron, trabajaron y cantaron con un ritmo frenético que los tuvo que dejar agotados. En general resultó amena y divertida, y demostró que con lo que tenemos por casa no es necesario traer importaciones. Las fantasías de las aspirantes fueron impresionantes, son un trabajo digno de admiración y buen gusto, que imperó en la confección. El entusiasmo de las chicas, muy guapas todas, que salieron con su mejor sonrisa. Acertó el jurado en la deliberación, pues cualquiera de las representantes podía haberse convertido en la reina. Por señalar algo, el diseño de Expedita, dada su larga experiencia, mereció un puesto mejor. Una gran gala, así que mi enhorabuena a sus responsables.

Las comparsas son la verdadera salsa del Carnaval. Han conseguido ganarse al público con su ritmo y armonía, las coreografías, los bailes a una velocidad de vértigo... Ganaron el concurso de escenario los Cariocas y el de la calle los Joroperos, ambas agrupaciones experimentadas y que se esfuerzan cada año para hacer grande el Carnaval. El resto no desmerecieron en absoluto y lo más importante es la garantía de continuidad de la fiesta con la cantidad de gente joven que participa.

Algunos dicen que las rondallas son como de otro época porque interpretan otro ritmo musical, pero no hay que olvidar que son los precursores del resto de agrupaciones. Merecidamente se llevó el primer premio la Unión Artística El Cabo, con un repertorio cercano y dos formidables solistas que cantaron sus partituras con aplomo y soltura. Besay está que se sale, es joven y, si se prepara bien, tiene carrera como tenor lírico. Ya ha dicho que no estará el próximo año, pues lleva participando desde los 16. El resto de las rondallas hicieron lo posible por agradar al público, y aunque es cierto que algunas, por la edad, sus voces no fluyen con nitidez, admiro su entrega y entusiasmo.

Del resto de concursos no puedo hablar porque no los seguí, pero las murgas siguen siendo las que más público arrastran. Lo importante de estas fiestas es la cantidad de personas anónimas que participan, y el mérito está en la presencia de grupos y familias enteras que se echan a la calle y divulgan la fiesta entregándose con dignidad. El carnaval es parte del tinerfeño, de su idiosincrasia, pero eso el resto trata de copiar algunas cosas, y eso no es malo, todo el mundo tiene derecho a disfrutar de los carnavales. El éxito del nuestro está en la importante entrada de dinero que recibe la ciudad cada febrero, porque además de echarse a la calle sus habitantes, recibe turistas de todo el Mundo.

Lo que se está convirtiendo en un poderoso atractivo es la Gala Drag Queen de Las Palmas, y este año premiaron a un tonto de capirote, que convirtió su actuación en una blasfemia para todos los creyentes. Dice que no pretendía ofender a nadie y que incluso está estudiando para ser profesor de religión. Una estupidez como otras de mal gusto, a lo que recurren siempre ciertas personas que tienen por bandera la ojeriza a todo lo que huela a cristiano. Si tanto quiere a la Virgen y a Jesucristo los respetaría, o podría haber utilizado los símbolos de cualquiera otra religión, a ver si recibía los mismos apoyos. No vale la pena ni ofuscarse. Como creyente es mejor dejarlo, en nuestra fe está por encima de todo el perdón. Lo peor es que la gala empieza a exportarse a otros municipios de las Islas.

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