El pregón de las Fiestas de Mayo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife fue este año leído por el novelista, abogado e historiador Mariano Gambín.

Nacido en Melilla, lo cierto es que Gambín es un chicharrero de pro, puesto que casi toda su vida la ha pasado en Santa Cruz de Tenerife. Famoso por su trilogía "Ira Dei", que transcurre en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, en sus dos últimas novelas ha hecho incursión también en capital tinerfeña. Primero con "Colisión" y en su última obra, "Atentado", esta ya desarrollada íntegramente en nuestra capital.

El pregón de las fiestas suele tener diversos contenidos: algunos se ciñen a un hecho puntual, histórico, religioso, social, que ha tenido gran impacto en la historia de una ciudad. Otros pregones hacen un recorrido histórico por un municipio. Es un arte -e imagino que un gran honor- ser designado para hacer un pregón de las fiestas de una determinada localidad, máxime si se es vecino de la misma. Y, a su vez, difícil debe ser la empresa de hacerlo diferente y, al mismo tiempo, atractivo.

Por otro lado, el lugar de lectura del pregón de las Fiestas de Mayo tuvo lugar este año en un sitio totalmente diferente al habitual. Siempre se había realizado en el bellísimo Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, este año, por primera vez -y esperamos que sirva de precedente-, el lugar elegido fue el emblemático parque García Sanabria, en la fuente central del mismo, junto a la mítica escultura femenina de Francisco Borges.

Gambín hizo un entusiasta, bello, alegre, detallista, sarcástico a veces, resumen histórico de nuestra ciudad. Para ello no encontró mejores anfitriones que dos de los más queridos personajes de sus célebres novelas: Ariosto y Antoinette. Todos nos veíamos reflejados en nosotros mismos explicando los monumentos, esculturas, parques, templos, iglesias, plazas de nuestra ciudad. El recorrido se inició en la plaza de la Paz -¿por qué ese nombre?, ¿sabíamos todos que se llama así en honor a la finalización de la Primera Guerra Mundial?- y concluyó en la iglesia de San Francisco.

Recordó Gambín la arquitectura chicharrera a través de los arquitectos Marrero Regalado (cine Víctor), el granadino Antonio Pintor (Plaza de Toros, Ayuntamiento, pensado en un primer momento como Palacio de Justicia), Mariano Estanga (hotel, ahora colegio, Quisisana, Círuclo de Amistad), Manuel de Cámara (Escuela de Comercio, Templo Masónico), Manuel de Oraá (Parlamento de Canarias, teatro Guimerá, plaza del Príncipe).

Y, por supuesto, la Exposición Internacional de Esculturas en la calle de 1973, brillantísima idea del Colegio de Arquitectos.

A la francesa Antoinette le extrañó el barrio de los Hoteles, ya que no había establecimientos hoteleros, sino palacetes parisinos del siglo XIX.

Muchas de las explicaciones de Ariosto le extrañaban a la francesa, como la de las esculturas de Arroyo en la iglesia del Pilar, la "Virgen de las Angustias", llamada popularmente la "Virgen Republicana", porque fue la única que se sacó en procesión después de proclamarse la república en 1931, a pesar de que se prohibió ese tipo de manifestaciones religiosas.

Pero la joya de la corona aún estaba por llegar. El Templo Masónico de la calle San Lucas deja boquiabierto a cualquiera. No en vano es el más importante del Sur de Europa.

Llegamos de la mano de Mariano Gambín a la iglesia de la Concepción, la calle La Noria (¿hubo una noria allí?), la iglesia de San Francisco..., y el mar, nuestro querido mar, nuestro añorado mar. La Farola del Mar que ¿tenía gas?

También nos habló el novelista del Palacio de Carta, sin lugar a dudas el edificio civil más importante del Barroco de nuestra ciudad, que fue sede de la Capitanía General de Canarias, del Gobierno Civil, del Banco Español de Crédito y esperamos que dentro de muy poco de todos los ciudadanos de nuestra capital.

En palabras de Mariano Gambín, Santa Cruz de Tenerife es "una ciudad que guarda sus antiguos tesoros como reliquias, recordando su pasado. Y en la que, sin embargo, se olvida el nombre de quienes construyeron sus paseos"; "una ciudad con una maravillosa plaza romántica en la que se rinde tributo al carnaval"; "una ciudad que, siendo marítima, no ve el mar". En definitiva, una ciudad fantástica y contradictoria.

Un pregón, el de Mariano Gambín, diferente, soñador a veces, cáustico otras, documentado siempre, vivaz la mayor parte de las veces. Genial, en definitiva.

Y para los que quieran recorrerlo, esta vez, a pie, no de manera narrativa, hoy sábado tienen la oportunidad de hacerlo a partir de las 20 horas desde la plaza de la Paz.

*Presidente de TuSantaCruz