Gobernando en España el presidente Rodríguez Zapatero, denuncié en cuatro ocasiones, en las páginas de EL DÍA, los despilfarros que este nefasto gobernante hizo del dinero público y sus consecuencias. Ahora, mi sorpresa e indignación se han vuelto a producir al comprobar que el actual Gobierno del señor Rajoy continúa con la política derrochadora de las arcas públicas regalando el dinero a diestro y siniestro.

Efectivamente. Leyendo el Boletín Oficial del Estado número 197, del pasado día 14 de agosto, el mismo día en que la deuda pública de España superaba oficialmente el billón de euros, el Gobierno de Rajoy lo celebró repartiendo un total de 70 millones de euros en subvenciones y ayudas públicas a los sindicatos, asociaciones empresariales, etc., que por su extensión no puedo relacionar pero que el lector curioso podrá consultar en el BOE citado. Sin embargo, quiero destacar: a CC OO casi 3,5 millones de euros más 654.500. Para UGT, 3,3 millones de euros más 690.000: algo más de 1,24 millones para la patronal CEOE; también se conceden 840.000 euros en subvenciones para la "promoción de la lectura y las letras españolas". Es decir, un total de más de 70 millones de euros que en ningún caso van destinados a lo que la inmensa mayoría de los españoles considera "servicios esenciales". Este dinero no deja de ser una simple gota en un océano de gasto, pero es un claro ejemplo del desmán de la clase política, ya que el sector público sigue gastando más dinero del que las familias y empresas españolas se pueden permitir.

Pero no acaban aquí los despilfarros, ya que el BOE número 205, del 23 de agosto, el Ministerio de Exteriores reparte entre numerosas ONG cerca de 160 millones de euros en ayudas públicas de todo tipo al exterior. Concretamente, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo concede más de sesenta subvenciones para realizar "convenios de cooperación para el desarrollo correspondiente al año 2014", cuyos beneficiarios son países de Centroamérica, Sudamérica, África y Asia. La cuantía de la inmensa mayoría de estas entregas asciende a 2,5 millones de euros por proyecto. Ayudas públicas que son cuestionadas desde hace tiempo debido a sus nulos resultados a la hora de promover la riqueza y el progreso en las economías receptoras, además de suponer un caldo de cultivo idóneo para fomentar la corrupción política y financiar regímenes represores y dictatoriales. Pese a ello, algunos gobiernos, como el de España, siguen gastando cientos de millones de euros en estas subvenciones de dudosa eficacia, a pesar de las graves dificultades que sufre el país.

Así es. El despilfarro del dinero público que sigue protagonizando el Gobierno español, está suponiendo que el gasto de las Administraciones sea de 459.000 millones de euros; que el déficit llegue a 72.577 millones el pasado año y la deuda pública haya superado el billón de euros, situándose por encima del 100% del PIB, sumando las empresas públicas. Pero el Gobierno sigue gastando, día tras día, grandes cantidades de dinero que procede de todos los españoles, vía impuestos y más sabiendo que Rajoy ha anunciado nuevos recortes de unos 50.000 millones de euros en el período 2015-2017, que repercutirán, como siempre, en las familias y en las empresas, suponiendo más paro, más pobreza, mala calidad de servicios en sanidad, en educación y en prestaciones sociales (ayuda a domicilio, fomento del empleo, etc.) ¿Cómo se va a estimular la economía si las empresas, que son las que generan empleo, están asfixiadas de tantos impuestos? ¿Cómo va a mejorar la sanidad: atención primaria, especialidades, pruebas diagnósticas, intervenciones quirúrgicas, hospitalización, etc. si no hay dinero suficiente? ¿Por qué no se gestiona mejor el dinero público evitando despilfarros? ¡Váyanse por ahí...!