"El Gobierno moderniza la Justicia copiando la ley estatal", titulábamos una noticia en nuestra edición de ayer. Nos referíamos al Gobierno de Canarias. El Consejo Consultivo de Canarias ha dictaminado que varios artículos del proyecto de decreto del Gobierno regional por el que se regulan determinados aspectos relacionados con la modernización de la Administración de Justicia de Canarias son una reproducción literal de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

¿De qué nos sirve esta autonomía si nos limitamos a copiar lo que ya existe en España? El hecho de que estas Islas sean consideradas una comunidad autónoma ya es insultante para la dignidad de los canarios, porque no somos una comunidad autónoma ni una región española sino una nación vilmente colonizada y, en consecuencia, privada de su Estado. Sin embargo, ya que padecemos la desgracia de la vinculación a España, aprovechemos al menos la poca libertad que nos conceden para conseguir una legislación lo más adaptada posible a nuestra idiosincrasia. ¿O es que no cobran lo suficiente nuestros políticos regionales para esforzarse un poco y darle a la imaginación? Al final tenemos razón cuando decimos que no hacen nada porque no saben; no están a la altura de lo que es un político de los países desarrollados.

Mientras tanto, aguanta canario hasta que revientes. Señalaba nuestro colaborador Francisco García-Talavera Casañas en un artículo publicado en EL DÍA el pasado miércoles que "en este archipiélago africano ya estamos bastante hartos de ser moneda de cambio con Marruecos y de tanto ninguneo y desprecio hacia Canarias. A personajes como usted (se refería al exministro Arias Cañete, actualmente candidato del PP a las elecciones europeas) de verborrea fácil y talante prepotente, los conocemos y los definimos muy bien en estas Islas. A ver si se enteran de una puñetera vez en España de que Canarias tiene pendiente en la ONU un proceso de descolonización, que en su momento les causó muchos quebraderos de cabeza, y que finalmente consiguieron bloquear con el intento de asesinato de Antonio Cubillo. Pero eso está ahí, pendiente, para cuando llegue el día en que, los que amamos de verdad a esta tierra, nos pongamos de acuerdo. Entonces empezarán a temblar, pues las reivindicaciones catalanas y vascas les van a parecer pecata minuta comparadas con las que el Derecho Internacional nos otorga. Váyanse preparando".

Estas son las actitudes que necesitamos. Hay que plantear la independencia de estas Islas sin violencia pero también sin medias tintas -lo venimos diciendo desde hace tiempo- porque la situación colonial de Canarias tiene que acabar. No podemos seguir copiando las leyes de quienes esquilman nuestros recursos. Hay que plantear ya ante los gobernantes españoles que el sometimiento no se puede prolongar durante más tiempo. Los canarios que siguen bajo la influencia de la narcosis inducida por los españoles deben despertar de una vez. Como señala García-Talavera en su artículo, el tratamiento que seguimos recibiendo de España es vejatorio incluso en algo tan técnico como la asignación de cuotas de pesca. Cuando aún era ministro, Arias Cañete "ha dejado al pairo a los sufridos pescadores canarios de túnidos, con una ridícula cuota (52 toneladas) de capturas para toda la temporada de atún rojo (en nuestras propias aguas canarias)".

Sí, en nuestras propias aguas aunque a la hora de la verdad no son nuestras ni propias. Son de España hasta un límite de 12 millas contadas desde la costa de cada isla y marroquíes a partir de ahí porque estamos en la Zona Económica Exclusiva de nuestros vecinos magrebíes. Si hay hambre en nuestras Islas, si hay emigración, si hay listas de espera en la sanidad es por culpa de la incapacidad política de Rivero y sus compinches para gobernar, pero también porque estamos colonizados; porque una nación europea rapiña nuestra riqueza con sus oficinas de Hacienda. El día que tengamos libertad nos sentiremos orgullosos de ser canarios y no españoles.

En cuanto a la Justicia -tema con el que iniciábamos este comentario-, tiene que enmendarse en Canarias pero de acuerdo con nuestras peculiaridades de isleños. Respetamos a la Justicia pese a algunas sentencias que, a nuestro entender, no nos han hecho justicia, pero queremos jueces y juezas canarios que apliquen leyes canarias y no las que nos impone la Metrópoli. En nuestras manos está cambiar o seguir dependiendo de las migajas que nos echan desde Madrid en el sector pesquero y en todos los demás.