FALTAMOS a la modestia, pero no nos importa porque nunca ha de importarnos manifestar lo que es verdad, al decir que lo único decente que tiene hoy la isla de Tenerife que no se relaciona con la política es... EL DÍA. ¿Por qué? Porque estamos al servicio del pueblo y tenemos vergüenza torera además de amor por nuestra tierra y por nuestros antepasados los guanches. Afirmamos esto por tres razones. Ante todo, estamos asombrados y amargados por la actitud de los políticos que siguen siendo tan sinvergüenzas hoy como lo fueron ayer y anteayer, salvo una o dos excepciones. Se han convertido en el mismo perro con distinto collar. O casi con el mismo collar, porque no les importa exhibir las mordeduras ante el pueblo que los desprecia y que ellos desprecian y del que abusan y al que roban.

En segundo lugar, afirmamos que se está consumando, o se ha consumado ya, otra fiesta del partido político en el que confiábamos; un partido a cuyo desarrollo contribuimos muy a pesar nuestro: Coalición Canaria. Al menos nos queda el consuelo de saber que este engendro creado, como decimos, con nuestra ayuda morirá políticamente en un plazo muy breve también con nuestra ayuda. Porque CC no es nada. No es ni tan siquiera un partido político. Es una asociación, una asociación -se dice que una mafia, aunque nosotros creemos que no tanto- mercantil, que explota al pueblo bajo el epígrafe de un nacionalismo que no sirve porque no busca la libertad, la identidad y la dignidad de los canarios.

Una prueba de cuanto decimos es la toma de posesión, en Madrid, como miembro del Congreso de los Diputados de Fernando Ríos. ¿Y quién es Fernando Ríos? Un inútil; un inepto que, presidiendo una mesa de contratación de las emisoras de radio, ha enredado a Paulino Rivero con su propio consentimiento. Hemos visto una foto publicada en un periódico de Las Palmas con motivo de este nombramiento. Instantánea que recoge también la presencia de la quícara Oramas y del "otro"; el que nunca citamos porque es aun menos que una nulidad política: Alfredo Belda. Tres inútiles, en definitiva, que cobran un generoso sueldo con cargo a los bolsillos de los que pasan hambre. Esto requiere que vuelva la guillotina. Si no estuviéramos en 2011 sino en 1789, más de uno ya habría subido al cadalso por engañar al pueblo; por pactar con los tiranos del Estado que nos esclaviza. La foto es graciosísima: los tres inútiles políticos -Ríos, la quícara y el otro- sonríen como si acabasen de ganar un premio. Pero junto a ellos también pueden ver nuestros lectores las caras de sorna que ponen los diputados peninsulares, que se ríen de ellos a sus espaldas porque se creen españoles cuando en realidad solo son indígenas exóticos.

Fernando Ríos es hijo de su papá, Victoriano Ríos, cuya contribución a la democracia y al bienestar de Canarias ha sido nula. Hijo de su papá y hermano de sus dos hermanos, también enchufados en el engodo del falso nacionalismo: Victoriano y Rodolfo. Miserias, penurias, los estudiantes sin horizontes... Cáritas que no da avío, familias enteras víctimas del Gobierno que gobierna o que, más bien, no gobierna. Eso es lo que le han dado al pueblo canario estos mentecatos políticos. Observe el lector en la foto a los tres indígenas, diríamos que se parecen a procuradores saharauis en las Cortes del caudillo; observe el lector, insistimos, cómo los miran los godos del Parlamento, conteniendo la risa desde el momento en que los ven como individuos colonizados aunque vayan vestidos a la europea. Aves exóticas, también eso lo repetimos, con su acento, su piar característico. ¡Falsos nacionalistas al servicio del yugo colonial!

Por último, y como tercera reflexión de este comentario, ¿sabe el Parlamento, como representación que es del pueblo, que el pueblo no puede tener por presidente a un hombre o mujer bajo sospecha? ¿No cree ese mismo Parlamento que debe investigar a fondo y exhaustivamente los hechos denunciados y, mientras, dejar en suspenso la elección? ¿Sabe el pueblo que el causante de sus desgracias, penurias, miserias, paro, juventud sin porvenir, carencias de todas clases, Apocalipsis y... a punto también la peste -y no lo tomemos a tremendismo- es Paulino Rivero, que encima tiene la osadía de querer repetir? ¿Sabe el Parlamento que Paulino Rivero no debe ser aspirante por esas razones de tipo técnico, además de porque es déspota, inepto y ha perdido las elecciones? ¿Sabe el pueblo tinerfeño que Paulino Rivero por su egoísmo político se ha aliado con el PSOE que también perdió las elecciones para entregar el poder a Las Palmas del propio Gobierno regional, en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz? Y por hoy acabamos.