¿QUÉ QUIERES que te diga, Pepe Ignacio? Que los canarios y españoles seguimos sin entender que, de la suma de nuestros votos, depende nuestra felicidad. De nuevo han ganado la abstención, los votos blancos y los nulos. Pero sobre todo, una semana después de los comicios, se comprueba que ni en Canarias ni en la Península sabemos construir mayorías estables con capacidad de encauzar los problemas insulares o nacionales que padecemos. Preferimos desperdiciar el voto positivo, repartiéndolo en las tres o cuatro opciones de más peso, pero sin dar a ninguna la fuerza necesaria para arreglar los problemas que nos aquejan, y que no admiten espera. El resultado es una alternativa insuficiente tanto en Canarias, como en el resto de España. En definitiva, los resultados de las elecciones del pasado domingo no han resuelto mucho. Ha sido manifiesta una tendencia de mayoría de votos para el Partido Popular, pero más como castigo a la ineficacia del PSOE, que como confianza en el partido que es su alternativa. Sólo en algunas regiones, o municipios, se ha visto que hay unas mayorías claras en torno a algunas personas o equipos.

Sí que hay una línea diáfana de tendencia a nivel canario y nacional: Castigar los engaños del PSOE y de sus dirigentes, apuntando hacia una alternativa, el PP, pero sin acabar de confiarse plenamente. Y luego se sigue desperdiciando el voto en abstenciones, votos blancos o nulos, o en mil partidillos, de los que sólo los nacionalistas y UPyD parece que son los beneficiados. Porque van a seguir ejerciendo de árbitros, pero para beneficio de sus particularísimos intereses, no para arreglar los problemas de estas islas o de España en su conjunto.

Sólo una semana después de estas elecciones, que parecen haber marcado tendencia para las generales, cuando se celebren, los que parece que van al precipicio electoral en las generales, aunque han perdido fuerza en el nivel regional y local, han sacado pecho y nos quieren imponer una persona que no concita simpatías mas que entre los suyos.

Para arreglar el presente problemático que ellos han creado, a estos retroprogres no se les ocurre otra cosa, -cuando la mayoría de los electores que han votado han pedido cambio de equipo-, presentarnos de nuevo a un hombre del pasado que dice "saberlo todo de todos" y que presume de lo que hay que hacer con España. ¿Y por qué no lo habrá hecho, Pepe Ignacio, en los años que lleva de Gobierno, si además tanto poder e influencia tenía cuando gobernó con Felipe González y ahora que es favorito del dedazo zapateril?

Este, que dice que prefiere que le llamen Alfredo, ya lo ha previsto todo para seguir manteniendo la tensión suficiente para que los españoles no se unan en torno a la clara alternativa (PP) que se ha construido en las últimas elecciones regionales y municipales. Porque… el hombre de los GAL, del Faisán, del que sigue dispuesto a borrar toda huella que nos conduzca a conocer a los verdaderos autores intelectuales del 11-M, el atentado terrorista que de golpe cambió la historia de España, emerge del pasado para aplicar sus fórmulas de químico, no para enderezar y resolver los problemas de Canarias o España, sino para, primero impedir de nuevo que el PP se alce con una mayoría absoluta, crear otro Pacto del Tinell 2 para que con los nacionalistas y terroristas se forme un cinturón de hierro que impida al PP gobernar, y agitar la calle, prolongando ésta situación que ahora vivimos de mayorías insuficientes que no pueden formar gobiernos sólidos y estables, obstruyendo y retrasando el arreglar los problemas de fondo urgentes que están quebrando no sólo la unidad de España, sino nuestra solvencia como país, aumentando la desconfianza internacional y la falta de respeto como hemos podido comprobar esta semana en la "crisis del pepino".

De nuevo asistimos, Pepe Ignacio, a los cabildeos y mercadeos postelectorales para repartirse la miseria de lo que queda de Canarias y de España. Las perspectivas de que algo se arregle tras estas las elecciones regionales y locales últimas están lejanas y son peores. Sobre todo para Canarias, y para España en general. Las minorías nacionalistas mercadean con su voto para pactar el reparto del despojos del fracaso a donde nos han llevado, y pretenden mantener el tinglado para seguir sacándonos la sangre y preparar nuevas "chocolatadas".

Lee, como último episodio de la rapacidad, el modo en que el ex presidente de Extremadura, Ibarra, se lo ha montado para gozar de una jubilación de sátrapa a costa de todos los españoles, a los que nos ha sacado, que se sepa, más de dos millones de euros en los cuatro años que lleva de ex presidente de Extremadura. Despilfarros en las Islas no te los voy a enumerar porque no cabrían en tres folios. ¿Por qué nos vamos a extrañar de que Alfredo el químico utilice el Falcón de las Fuerzas Armadas para actos de partido, como ha venido haciendo el que hasta ahora ha sido su jefe, y del que ha recibido el poder, porque era su sucesor "natural"?...

Y no sólo eso, sino que se concede un año mal contado de bicefalia, paralizando el Gobierno, destruyendo papeles comprometedores, asegurando el empleo a los amigos, y preparando a las fuerzas de choque- sindicatos, "puertasolados" y a sus centuriones para dominar la calle, en caso de que el PP se alce con una victoria contundente en las generales, para hacerles imposible la gobernación.

Eso es lo que nos espera, Pepe Ignacio, más sangre, sudor, frustración y lágrimas. Pero no nos van a echar de las Islas. Aquí nos quedamos, mientras haya un hálito de vida, para luchar contra los caraduras, aprovechados y ésta canalla de esquilmadores. Y usted sabrá con quién pacta, don Paulino. Porque lo tiene crudo. La verdad acabará imponiéndose. Canarios y peninsulares uniremos fuerzas para que la derrota sea mayor dentro de unos meses, y estos temores que aquí hemos expresado, sean disipados por unos necesarios vientos alisios de sensatez, que nos libren de los graves problemas que padecemos y elimine a la panda de parásitos que nos despojan.