EL JARRO de agua fría que supuso para nosotros y para toda la comunidad científica europea, española y canaria la decisión del Observatorio Europeo Austral (ESO) de ubicar el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT) en Chile en lugar de en La Palma puede ahora verse justamente recompensado.

La tecnología parece estar dando a las Islas, a España y a Europa una segunda oportunidad, ya que en estos momentos tenemos sobre la mesa la posibilidad de que se construya aquí el Telescopio Solar Europeo (EST por sus siglas en inglés) gracias, en gran medida, al excelente nivel científico de la plantilla del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y a la pionera industria que hay en España.

Ante esta posibilidad y como lo hicimos con la candidatura palmera a albergar el E-ELT, ahora hemos vuelto a activarnos para prestar todo nuestro apoyo y esfuerzo para lograr que Canarias cuente con esta infraestructura científica de primer nivel. Así lo hemos hecho en el Congreso y en el Senado; también en las instituciones de las Islas.

De esta forma, en el último pleno del Cabildo de Tenerife, defendimos una moción, que fue aprobada por unanimidad de todas las fuerzas políticas, para instar a todas las Administraciones públicas, y en especial a los gobiernos central y autonómico, a comprometer la inversión necesaria para la construcción de este aparato. Asimismo, pretendemos que se realicen las gestiones necesarias para que este sea incluido en la Estrategia Europea en materia de Infraestructuras de Investigación (ESFRI Roadmap), pues el que esta le dé prioridad resulta fundamental para que el proyecto cuente con la financiación que requiere.

En esa iniciativa pedimos, además, al Gobierno de la nación que asuma con esta infraestructura científica un compromiso de financiación igual o similar al que en su momento adquirió con el supertelescopio (cuya puesta en marcha implicaba una inversión de 150 millones de euros), para que, de esta forma, pueda quedar garantizada su construcción.

Las razones para dar todo nuestro apoyo a esta nueva infraestructura son más que claras. En primer lugar, porque el camino hacia el verdadero modelo económico que requieren las Islas pasa por potenciar la investigación, el desarrollo, la innovación y la divulgación; y porque apoyar la Astrofísica en Canarias es una parte fundamental de este proceso.

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) es un centro de investigación pionero en el mundo, los resultados de su actividad se publican en las mejores revistas científicas y consideramos que todo respaldo a su actividad es importante para que mantenga sus niveles de excelencia. Más ahora, cuando esta rama científica es, junto con las Ciencias del Mar y la Biomedicina aplicada a la Cooperación, una de las tres líneas temáticas de especialización docente, investigadora y de transferencia del Campus de Excelencia Atlántico Tricontinental de las dos universidades canarias.

Desde nuestro punto de vista, debemos seguir aportando a estos centros todos los medios materiales y humanos necesarios para que ellos no tengan que preocuparse de otra cosa que no sea su trabajo como científicos. Y no dejaremos de luchar para evitar que la crisis (o, mejor dicho, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con la excusa de la crisis) logre mermar las dotaciones presupuestarias que cada año se dedican a esta actividad.

Tenemos aquí que recordar que el 85% de la ciencia que se realiza en España se hace en las universidades y que, por lo tanto, estas necesitan del apoyo financiero de los gobiernos para mantener su actividad. Por ello entendemos que, sin que el sector público pierda presencia, sería fundamental de cara al futuro fomentar la participación del sector privado en estas actividades a través del mecenazgo y la responsabilidad social corporativa (RSC).

No obstante, independientemente de ello, ahora y como algo que debemos hacer en el corto plazo, debemos de centrar nuestra atención y esfuerzo en evitar que nos vuelva a pasar lo que ocurrió con el E-ELT. Con él no sólo perdimos esta valiosa infraestructura científica, sino también todas las ventajas que venían aparejadas a ella, como la inversión de unos 1.100 millones de euros o la creación en las Islas de más de 15.000 puestos nuevos de trabajo de un año de duración y de más de 26.800 en el conjunto de España, tanto durante la construcción de esta infraestructura como de su puesta en marcha. Una conclusión lógica es que si este telescopio se hubiera construido en el Observatorio del Roque de los Muchachos nuestra economía podría haber salido reforzada de esta crisis, y el desempleo juvenil (que afecta a cerca del 45% de nuestros jóvenes) podría verse considerablemente mermado, sobre todo de aquellos titulados universitarios que se ven obligados a elegir entre hacer su carrera profesional fuera de nuestras fronteras o acceder a puestos por debajo de su titulación.

Por todo ello, insistimos en la necesidad de que, independientemente de criterios ideológicos o partidistas, todos debemos aunar esfuerzos para lograr que el Telescopio Solar Europeo vea su primera luz en Canarias.

Cabildo de Tenerife

alarco@tenerife.es