Lamentamos que en la prenochebuena, que es el día anterior al de la noche buena, noche de paz, de ilusión y de amor, tengamos que gemir por lo que está sufriendo Canarias y los canarios. Sobre todo los canarios que no cobran los millones que perciben, en calidad de sueldos y dietas (algunos cobran incluso por ir a trabajar) los parlamentarios del Parlamento de Canarias; el Parlamento reprobador de la libertad de opinión y de información, así como censurador del propio pueblo que eligió a sus "señorías" y que les paga su cuantiosa nómina con el sudor de su frente. Lo pagan los que todavía tienen trabajo, que cada vez son menos. En cambio, cada vez son más los que miran atónitos la opulencia de los diputados y diputadas desde las colas del hambre, en las que aguardan para comer una sola vez al día. Estamos hablando del mismo Parlamento que echa a la calle a ciudadanos honrados y trabajadores para que sus "señorías" tengan habitaciones destinadas a su descanso personal y tal vez a otras cosas que no ponemos aquí por escrito, aunque nos las imaginamos. Eso es despotismo duro y aberrante. Parlamentarios que legislan contra Tenerife ante el silencio, tan ignominioso como incomprensible, de los diputados elegidos por esta Isla para que defiendan sus intereses, pero que se ponen de cuatro patas en cuanto un canarión les levanta la voz. Antes de las próximas elecciones publicaremos los nombres, con sus correspondientes fotos, de estos políticos innobles que han traicionado a su isla y, por si fuera poco, se han congratulado públicamente de su "hazaña", haciéndose fotografiar con las manos cruzadas. Esos mismos políticos intentan ahora reanudar sus felonías continuando en las nuevas listas cerradas. Unas listas que pagamos los canarios. Hasta el papel en el que están impresos los nombres de estos malos políticos los paga el pueblo canario con su dinero.

Al final, los canarios pasando hambre y sus representantes elegidos viviendo como marajás y tomándole el pelo a la gente. Uno de esos políticos, que no significa nada pero que cobra mucho, que se llama Alfredo Belda y que "trabaja" en el Senado, ha realizado unas manifestaciones que recogía ayer un periódico. Está alborozado el señor Belda porque esa Cámara inútil en la que él sestea ha dado su visto bueno a la Ley de Aguas Canarias. La ley del engaño de las baratijas. La mentira de hacerles creer a los canarios que van a tener la autoridad sobre el mar que media entre las Islas. Acierta Almudena Monserrat, senadora del PP por Lanzarote, cuando dice que esa ley no tiene efectos jurídicos y carece de respaldo en el Derecho Internacional. Naturalmente. ¿Cómo puede el Parlamento español legislar sobre unas aguas que no le pertenecen?

No vamos a comentarla. Solamente queremos transcribir en este editorial una carta, firmada por Mohamed Boular -creemos que es un político marroquí-, que nos ha sido remitida desde Londres:

"Señor director:

Ante unas declaraciones del presidente regional de las Canarias y la llamada Ley sobre la Delimitación de las Aguas Canarias, deseo comunicarles a los políticos de las Canarias lo siguiente:

a) Las Canarias es una posesión de España en ultramar (África) y no forma parte de su territorio metropolitano (Europa).

b) España, una entidad europea, no puede tener espacios marítimos fuera de Europa.

c) Las Canarias no son un Estado archipielágico y por lo tanto es contrario al Derecho Internacional el trazado de líneas de base recta en las Canarias. Les recordamos a los políticos canarios que sólo los estados archipielágicos pueden encerrar las aguas por líneas trazadas entre los puntos extremos de las islas.

d) Las aguas canarias son las 12 millas alrededor de cada isla y nosotros siempre hemos respetado dichas aguas. Deben tener muy claro que no vamos a consentir una intervención del Gobierno regional de las Canarias dentro de nuestra Zona Económica Exclusiva.

e) Las Canarias no pueden tener aguas archipielágicas al no ser un Estado archipielágico, sino una posesión de un Estado europeo situado fuera de Europa (ultramar). Por lo tanto, mi país no reconocerá dichas aguas para las Canarias y defenderá nuestros derechos nacionales en la zona por medio de la intervención aérea y naval en nuestras aguas africanas.

f) Ni el Gobierno de Madrid, ni el Gobierno regional de las Canarias pueden imponer la mediana entre mi país y las Canarias al ser contrario al Derecho Internacional que estipula con claridad la solución equitativa. También deja muy claro que los actos unilaterales son contrarios al Derecho Internacional.

g) Las Canarias son una comunidad autónoma de un Estado europeo y no un Estado, y por lo tanto no tienen potestad para tener espacios marítimos al no ser sujetos del Derecho Internacional.

Por ultimo, el Gobierno de Madrid y el Gobierno regional de las Canarias pueden decir lo que quieran, etcétera, pero les recordamos que España se ha adherido a la Convención sobre el Derecho del Mar de las Naciones Unidas de 1982.

Gracias por su tiempo".

Como decíamos, no añadiremos ningún comentario. Tan sólo señalamos que nos estamos acercando a la catástrofe. No siendo españoles, estamos actuando como españoles en terrenos y aguas que son marroquíes. Un territorio, un mar y un espacio aéreo que en realidad son canarios, aunque al margen de esta circunstancia, y de acuerdo con la legislación internacional vigente, son más marroquíes que españoles.

Un día la ONU autoriza la ocupación de Canarias por Marruecos. O un día, sin necesidad de que se adopte ninguna decisión en la sede de las Naciones Unidas, Marruecos decidirá ocuparnos sin autorización y sin dar explicaciones a nadie, porque nadie le puede impedir a un país que ejerza un derecho reconocido en los foros internacionales. Será una indeseable ocupación, pero ocupación con todas las de la ley. Nadie podrá impedirlo porque, lo repetimos, no somos españoles. Y si alguna vez dicen que lo hemos sido, lo ha sido por la fuerza de las armas, por la fuerza de los impuestos y del sometimiento administrativo a España; el país que se mama nuestros recursos y permite no sólo que el pueblo canario pase hambre y que la juventud de estas Islas tenga que emigrar, sino que estemos a un tris de convertirnos en provincia marroquí.

La única solución para evitar el desastre es la de EL DÍA, la del Movimiento Patriótico de José Luis Concepción y la del CNC de Antonio Cubillo: la independencia. La solución de los canarios que de verdad quieren a su tierra, de los que excluimos a los nacionalistas porque en realidad no lo son. Debemos comenzar desde ya -a pesar de los rechazos que se esperan- conversaciones con Bruselas o Estrasburgo, con Madrid, con la Moncloa y con la Zarzuela para pactar la entrega de la propiedad y el poder de este Archipiélago a sus legítimos dueños: los canarios; los herederos de los guanches; los que somos todos ius sanguinis e ius soli de esta tierra. Es imperiosamente urgente que el presidente del Gobierno de Canarias y sus "niños y niña" en Madrid tomen conciencia de esta situación. El asunto de las aguas interiores, de las "aguas canarias", es una tontería mayúscula mientras no seamos independientes. Al respecto, aconsejamos la lectura del artículo de Ramón Moreno Castilla incluido en nuestra edición de hoy con el título "Las virtuales aguas canarias".