1.-Al margen de su dedicación morbosa a levantar tumbas, actitud censurada incluso desde sus propias filas, los socialistas/revanchistas andan inmersos en guerras muy extrañas; guerras que sólo intentan negar la historia y las tradiciones, nadie sabe exactamente por qué. Han oído y leído ustedes que mandó retirar los crucifijos de los colegios públicos, sin suerte, pues la mayoría de los directores y profesores se han negado a tamaña estupidez. También sabrán que las estatuas ecuestres de Franco, que es verdad que eran un horror, fueron alzadas de sus bases y almacenadas en oscuros galpones, en un intento de borrar lo que pasó. A martillazos han intentado cargarse la Piedad de Juan de Ávalos, en el Valle de los Caídos, porque no les gusta -y a mí tampoco, pero qué culpa tiene la Piedad- que aquello se construyera con el sudor de los perdedores de la guerra civil. Han retirado placas de calles con los nombres de generales golpistas y hasta nuestra Rambla no se llama del general Franco, sino de Santa Cruz. Este último cambio se debe a Miguel Zerolo, que tampoco tenía nada que ver con el Invicto, como puede deducirse de la cosa, y se emperró en borrarlo del mapa. (Miguel Zerolo ni siquiera fue al cuartel).

2.- Pues bien. En estos días, ese genio, ese prodigio de la inteligencia llamado Carmen Chacón, pretendió quitarle la gorrita de la borla a la Legión; e intenta que los "lejías" no luzcan el pecholobo y no sé si acortarles el paso a ellos y a la cabra. Menos mal que una directriz de Defensa, ante las protestas de la milicia ex africana, ha dado marcha atrás y el "chapiri", el gorro con la borla, no será retirado y continuará siendo prenda de testa de legionario. Estos socialistas disfrutan cambiándolo todo, no dejando títere con cabeza. ¿Qué coño les molesta a ellos el gorro de la Legión, los cuernos de la cabra y las ladillas peludas de los caballeros legionarios? Nada se ha dicho, menos mal, de los famosos porros legionarios, que parece han sobrevivido al ardor guerrero de la ministra Chacón.

3.- No contenta con lo anterior, la Chacón pretende que los legionarios se afeiten sus pobladas barbas y que reduzcan sus patillas y su pinta patibularia. Pero, coño, si la Legión es un cuerpo de acción, ¿por qué no meter miedo al enemigo con la apariencia física? Chacón los quiere aseaditos y un legionario aseadito no es un legionario, sino un babieca. En fin, que parece que la propuesta, en conjunto, no ha tenido éxito y los "lejías" seguirán marchando más deprisa que el resto de los mortales, la cabra seguirá siendo cabra y las borlas de los "chapiris" continuarán su bamboleo, al paso alegre de la paz. Uf, qué alivio.

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