Antes de esbozar algunos pasajes de esa maravillosa obra inédita -cuyo título podría ser el de cabecera- que tenemos que representar todos los patriotas isleños, cual es la constitución de la República Federal Canaria, ¡un fantástico argumento!, debemos hacer algunas consideraciones previas a su puesta en escena que no debemos pasar por alto, dada su gravedad y trascendencia.

Porque con anterioridad a ese anhelado e histórico día, repito, nos esperan tiempos tormentosos en los que España utilizará todo el aparato estatal que opera en Canarias para abortar represivamente la justa reivindicación soberanista del pueblo canario; transgrediendo, incluso, su tan cacareado "Estado de derecho", cada vez más torcido. Así que nadie espere un gesto de magnanimidad de la "Madre Patria" facilitando nuestra emancipación; ni mucho menos el establecimiento de un calendario de descolonización, que sería lo procedente, teniendo en cuenta el mandato de la ONU.

Por ello, la gran pregunta que planea en los ambientes nacionalistas, seriamente preocupados por la que se nos puede venir encima, es obvia: ¿se avendrá España a razones ante un previsible masivo alzamiento popular de los canarios, pacífico y democrático; u opondrá a la fuerza de la razón la razón de la fuerza del impresionante aparato represor del Estado presente en nuestro Archipiélago, tan coercitivo e intimidatorio? Que ningún patriota descarte en absoluto esa acción/reacción de una España desarbolada de sus inconsistentes y pueriles argumentos, e histriónica ante lo que sería su último acto colonial.

Ya empiezan a vislumbrarse ciertas estrategias envolventes, cuidadosamente diseñadas (como la que ahora veremos y que les va a "encantar"), tendentes a crear más desconcierto e incertidumbre, si cabe, para que todo siga igual. Y en estos mares revueltos, de retocados modelos de dominación, infinidad de siglas, personalismos, liderazgos autoproclamados, celos, envidias, disputas sinfín, discusiones bizantinas y solidaridades ajenas, España sigue "pescando" ilegalmente (sin licencia y en parada biológica), descapitalizando nuestra tierra, que, en definitiva, es de lo que se trata.

Para perpetuar -¡esas son sus pérfidas intenciones!- este "status" colonial opresor, y de continuo expolio de nuestros recursos, la madrastra arbitraria cuenta con una numerosa prole de hijos putativos y serviles, que se prestan vilmente al saqueo. Es la necesaria colaboración que precisa España para seguir en Canarias. Como el deleznable colaboracionismo de las respectivas sucursales de los partidos nacionalistas españoles PSOE y PP, y de la prostituida CC (¡que pacta con ambos en una vergonzosa promiscuidad política!), que cuentan con la anuencia de los medios de comunicación social, al servicio indisimulado de la metrópoli, que siguen dando pábulo a esos falsos nacionalistas canarios y haciéndose eco sólo de lo que interesa al poder colonial español, vetando noticias, artículos y debates de interés en cuestiones vitales para Canarias, como la demarcación de nuestras fronteras marítimas, la calamitosa dependencia exterior y la consiguiente depresión económica, y tantas otras que conviene silenciar. Una abyecta y canallesca "opinión publicada" que, de forma subrepticia e ignominiosa, sustituye a la denostada opinión pública, tan silenciada y ninguneada, cuando no, secuestrada. ¿Dónde está ese "cuarto poder" que demanda Canarias?

Días pasados nos encontramos con esa otra novedosa iniciativa españolista, denominada Encuentro por Canarias Territorio Asociado a la Comunidad Europea (Encanta), recién salida del "horno constitucional" y que, según sus iluminados promotores (¿se les ocurriría a ellos solos?) "pretende instaurar un nuevo régimen de relaciones entre las Islas y la Unión Europea". En la creencia, dicen, de que "el modelo de integración con la UE está agotado, apuestan por la asociación". Detrás de este nuevo invento (¡que huele que apesta a maniobra neocolonial!) están, según su portavoz, el ubicuo Ángel Cuenca, además de miembros de CC, NC, PNC y distintos profesores universitarios, quien subrayó que: "Con este foro se pretende volver a las libertades comerciales que siempre ha tenido el Archipiélago". Ilusorios "cantos de sirena" a los que son tan proclives diversos personajes: unos, deambulando, sin retorno, por caminos intransitables de la historia; otros, navegando por imaginarios ríos que van a la mar atlántica, y los demás, "facultados" para seguir contribuyendo a la fomentada ceremonia de la confusión, en la que está inmerso el pueblo canario. Apiñados todos ellos en grupúsculos supuestamente nacionalistas, conjurados para seguir medrando, y que, en el fondo, enmascaran una solapada e inconfesable institucionalización del colonialismo español.

¡Las libertades comerciales y todas las posibles nos las otorgará la inaplazable independencia de Canarias! Sólo desde un Estado libre y soberano podremos mantener las relaciones de toda índole y los acuerdos comerciales necesarios con todos los países del mundo que convengan a los sagrados intereses del pueblo canario para su desarrollo, progreso y bienestar. Y, desde luego, ya no seríamos una denigrante RUP, ni estaríamos sujetos a la impuesta libre circulación de personas, ni encorsetados en un infame mercado cautivo, consumidor de excedentes comunitarios; ni nos afectaría la PAC, la OCM y todos esos mecanismos proteccionistas de esa Europa de los 27. Seríamos, con toda dignidad, un próspero y pujante país ACP, con todas las ventajas de estos, y las plusvalías que genera nuestra envidiable "renta de situación", que conlleva la privilegiada situación geoestratégica de Canarias.

¿A quiénes pretenden embaucar estos pseudonacionalistas, vividores y mercenarios al servicio de espúreos intereses? Lo sorprendente de este asunto -que no es un tema menor- es que el vocero señor Cuenca (conocido hombre de Olarte), que hace años y desde la precariedad del cantautor diera el salto cuantitativo y cualitativo a la "política nacionalista" -convenientemente retribuido y/o remunerado- se haya convertido ahora en un aplicado europeísta propugnando "soluciones comunitarias" para Canarias, cuando antes pasaba por ser un defensor a ultranza de la africanidad del Archipiélago y actuaba como un ferviente independentista, enemigo acérrimo de la Europa de los Mercaderes. Hasta tal extremo que los que llevamos décadas militando en el auténtico campo nacional canario recordamos sus encendidas peroratas antieuropeas y sus furibundos ataques a los Tratados de París y Roma, argumentando que la no aplicación del Tratado CECA y Euratom a los territorios extracomunitarios impedía la inclusión de Canarias en el Mercado Común de la época.

Seguro que la metrópoli estará "encantada" con esa "fidelidad eurohispana" y demás complicidades, en las que subyace lo que todos los patriotas canarios venimos denunciando -con EL DÍA a la cabeza-: España no tiene la menor intención de soltar la colonia y hará todo lo que esté en su mano -¡que es mucho!- para perpetuarse en Canarias al precio que sea. Desde intentar acomodar el Derecho comunitario a la artificiosa e insostenible "españolidad de Canarias", como en este caso, hasta vulnerar el nuevo orden marítimo internacional consagrado en la Convención de Jamaica de 1982, atribuyéndose como propios los espacios marítimos del Archipiélago canario dentro de la ZEE de Marruecos desde 1981.

Por tanto, señores "encantados", déjense de manipulaciones y no sigan mareando la perdiz elucubrando nuevas alternativas españolistas para Canarias; ni engañen más a este pueblo, ya de por sí bastante aturdido y desnortado. Tengan muy presente que ¡o Canarias se constituye cuanto antes en un Estado archipelágico, sujeto de Derecho Internacional, o terminaremos siendo un archipiélago de Estado marroquí! ¡Y si no, al tiempo!

Y hasta aquí lo que podría ser el prólogo de la obra en cuestión; de los capítulos sucesivos trataremos en el próximo artículo.

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