Candelaria se convirtió anoche en la "catedral" -como dijo la presentadora y directora del espectáculo Marcela Kauffman- de la diversidad e igualdad en la tercera gala drags que se consolidó anoche y pasa a tener identidad propia, hasta el punto de hacerse un hueco en el programa de actos de la fiesta en la Villa. ¿Las claves del éxito? El humor de la rumbera ultraperiférica, Carlos Gustavo, unida al homenaje que Candelaria le rindió a dos transexuales, entre los que se encontraba Marcela Rodríguez, todo un personaje en el Carnaval chicharrero. Palmera de nacimiento que a los siete años se instaló en Santa Cruz y que peleó para que la admitieran en los concursos de disfraces con su nombre de mujer.

Entre las bromas de Carlos Gustavo a Kauffman y Roberto Herrera, títulos de película para los políticos locales en el Carnaval del Cine (Paco Pinto, en "El escribano mayor del reino"; o "50 sombras de Airám" (Chinea)", la puesta en escena de La Prohibía o Nayala Brown, o el espectáculo de una decena de drags, entre los que destacó Vanderbilit, con truco de magia; Saniqua, con su fiesta de la rama, el espectacular Drag Armek, la divertida Lemnos, en su papel de vaca lechera, o Hocklin, con salto en escenario para caer abierto sobre las piernas.

Dos horas y media bastaron para que la gala drag se hiciera con un sitio en el Carnaval de Candelaria, que desbordó la plaza de la Basílica en plena Cuaresma.