Difícil reto tomar el testigo a Bambones, antes de los "tridimensionales" Zeta-Zetas y desentrenados de la final. Llegaron y se enchufaron directamente al ambiente, con su pasacalle, aunque luego tardaron en demasía en los preparativos para acometer su primer tema, Las inauguraciones. Se hizo la oscuridad, y estrenaron su alumbrado de Navidad, mientras desvelaron que se llevan las flores de pascua, mientras El Toscal sigue sin estar iluminado.

Siguieron haciendo un repaso por situaciones como el robo de la rana de la recién inaugurada plaza de los Patos, para ir al encuentro del aplauso cuando reprochan que el ayuntamiento le diera el nombre de Suspi a un cuarto de aperos, momento tributo con la participación incluso de Adonay Hormiga, hijo de Luis. A partir de ahí empezaron a inaugurar, como la cadena perpetua para el violador... y fuerzan la canción cuando focalizan la responsabilidad de los incumplimientos y apuestan por inaugurar su Carnaval, con Mingorance, en vez de Bermúdez, en la grada de autoridades, o apostando por Pedro Mengíbar y la concejala.

Hasta ahí, correctos, pero no habían presentado aún candidatura a un cartón. Y cantaron su segundo, Comparaciones, recordando lo que se hace incluso cuando se mira el precio de la compra en diferentes supermercados. Luego, comparación entre Carnaval de Día y de Noche, cómo se ha acabado con el ambiente de los bailes de noche, mientras dicen que a la fiesta de día vienen muchos canariones.

En la letra, comparan también cómo era antes y ahora Las Teresitas; y a Javi Lemus, de Zeta-Zetas, con el señor Cuesta; o a Maxi con Fido Dido, para concluir con un tributo a Marcelino, su componente con síndrome de Down. Mucho sentimiento. Su premio, estar en la final sin el plus de romper y sobresalir.