El entorno de la portuense plaza del Charco acoge esta noche la 29 edición del maratón masculino Mascarita, Ponte Tacón, un acto que entre finales de los noventa y comienzos de 2000 se celebró bajo la careta de Carnavalero, Ponte el Sombrero. Era un cambio de nombre y cuatro años en los que importó más el tocado que los tacones. Pero, finalmente, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz hizo suyo este acto, un referente en la programación festival de la Isla.

Este maratón masculino celebró su primera edición en 1990, gracias a la iniciativa que avalaron Lidia, Tere y Ana, del área de Juventud de la Corporación, promovida por Cándido, César, Carmen, Pacheco, Alfonso y Juan Pedro, entre los más encendidos defensores. "Entonces no había móvil ni whatsapp y había que quemar las energías de alguna forma", comenta Juan Pedro Hernández, más conocido en el Mascarita como Lupita, personaje que ha hecho suyo 29 ediciones. Las doce primeras las corrió con sus plataformas sobre adoquines, y siempre lo ganó, hasta que cambió de rol para convertirse en el maestro de ceremonia.

Esta noche, una de las novedades, estará en el escenario que se ha instalado en la plaza de Reyes Católicos; ahí se harán las inscripciones y se verificarán las medidas. Aunque el mínimo son 8 centímetros para correr, todos tienen sitio en esta carrera; otra cosa es que quien no cumpla con los centímetros mínimos pueda optar a los premios, el "absoluto", La Mascarita con Más Poderío.

Nacido en La Perdoma, de la que presume al 100%, Juan Pedro Hernández (La Orotava, 1966) es el único promotor de la iniciativa que sigue en activo, aunque no se siente dueño de nada, porque esto es del pueblo, destaca, y tiene palabras de agradecimiento a la iniciativa que pusieron en marcha un grupo de amigos que compartieron cursos de danza, teatro y fotografía de la Universidad Popular. Allí nació todo, puntualiza, y fue más fácil el inicio porque algunos pioneros trabajaban en el ayuntamiento.

Juan Pedro se presenta en el Mascarita como Lupita, como un día decidió abreviar el título "maratoniano" de las fantasías. Eligió este nombre porque lo identifica con una mujer luchadora de México. Su lucha, en particular, es el Carnaval de Puerto de la Cruz.

Este promotor del Mascarita cree que la clave de la aceptación popular del maratón es que los participantes sienten que el público les espera, y el público confía en que los participantes interactúen. ¿Cosas por mejorar? Este año tiene un escenario renovado y pantallas, de cara al futuro tal vez dotar de música todo el recorrido, o instalar sillas o gradas para todos...

Gasolinero expendedor en la estación de Las Arenas, Juan Pedro dice que el Mascarita es un maratón que "no tienes por qué ser gay para participar; es para todo el público masculino". Y cuenta dos anécdotas. Una mujer le reprochó el otro día en el supermercado que tenía loco a su marido con participar en el Mascarita. O la señora que contactó a través de Facebook y le pidió ayuda para comprarle unos tacones para su esposo por el día del padre.

Hoy, desde las 20:00 horas, el espectáculo del humor está servido en las calles portuenses.

Los berrinches de la madre de Juan Pedro cuando le cogía una mesa de noche o un tendedero para llevarlo de tocado al Mascarita encontraron su recompensa este año, cuando vio a su hijo de pregonero del Carnaval de Puerto de la Cruz. "Hasta le quité los manteles que tenía guardados y que yo recortaba y pintaba", reconoce. Ganador en las doce primeras ediciones del maratón, Juan Pedro Hernández apostó en su pregón por "defender lo nuestro", desde el amor y el orgullo de pertenecer al Carnaval portuense. "Hay un gigante contra el que no podemos luchar. Hay otros carnavales que tienen más dinero, pero para mí el orgullo es ser carnavalero y del Puerto de la Cruz, porque aquí está la esencia del Carnaval", a la vez que invita a todos a trabajar por cuidar y defender la fiesta. "Me quedo en mi Carnaval del Puerto de la Cruz, porque es el que quiero y el que siento", insiste.