El pleno del Parlamento Europeo aprobó, a finales del año pasado, poner en marcha un conjunto de medidas, para incrementar la confianza de los consumidores en el agua de grifo y de esa forma reducir el consumo de agua embotellada, tan perjudicial para el medio ambiente. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a través de una campaña denominada "Pide jarra de agua", han materializado su apoyo a esta iniciativa.

Según un estudio efectuado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, con pruebas llevadas a cabo entre 2011 y 2013, más del 98,5% del agua potable de la UE cumple los estándares, lo que permite concluir que la mayoría de los europeos tienen acceso a agua potable de calidad.

En nuestro país, por ejemplo y a partir de un análisis elaborado por la OCU en 62 localidades -solo en 7 encontraron contaminantes o residuos, fruto de un mal tratamiento al potabilizar-, se puede afirmar que el agua del grifo es de buena calidad y puede consumirse con todas las garantías.

La OCU advertía al comentar dicho estudio que se debe tener en cuenta que la calidad final del agua del grifo depende de cómo se trata para hacerla potable, de la fuente de abastecimiento y también de las instalaciones interiores del edificio. El agua puede cambiar según la estación y los vaivenes de la meteorología (a veces son pantanos, otras manantiales, acuíferos, desaladoras...). Por tanto, no es constante a lo largo del año. Las pruebas se hicieron en plena primavera, un momento en el que el agua abunda y la calidad no debería resentirse por la escasez.

El agua, recuerda la OCU, es desde 2010 un derecho humano reconocido por Naciones Unidas. Se trata de un bien de primera necesidad saludable y fundamental para la vida.

En esta línea, apunta que la directiva europea sobre el agua potable fija los estándares mínimos de calidad del agua destinada al consumo humano (para beber, cocinar o para el uso doméstico) y protege a los ciudadanos de la contaminación.

El proyecto de ley aprobado por la Comisión endurece los límites de presencia de ciertos contaminantes y coloca a los microplásticos bajo vigilancia.

Igualmente, los eurodiputados quieren fomentar el consumo de agua del grifo, en los restaurantes, por ejemplo, e instalar fuentes en espacios públicos, como en los aeropuertos o en los centros comerciales.

A juicio de la Comisión, un mejor acceso al agua potable podría reducir el consumo de botellas de agua en un 17%. Esta medida ayudaría a los ciudadanos a ahorrar y beneficiaría el medio ambiente al reducir las emisiones de CO2 y el uso del plástico.

Desde la OCU también quieren fomentar el consumo del agua del grifo en bares y restaurantes y para ello han puesto en marcha la campaña "Pide jarra de Agua". A través de esta iniciativa buscan el apoyo de todos los consumidores para que se establezca una ley que recoja esta obligación en todo el territorio nacional, no solo para cafés, bares y restaurantes, sino para toda la hostelería y en los espacios de ocio.

El mejor remedio contra la sed

ä ä Cuando tenemos sed, nada como un vaso de agua, según recomienda la OCU. Y también aunque no la sintamos es necesario beber: el agua es el componente mayoritario del cuerpo humano, supone más del 60% del peso corporal de un adulto.

Es el nutriente más necesario para el organismo: la falta de agua produce una deshidratación celular que provoca, dependiendo de lo grave que sea, sed, pérdida de peso, aumento de la temperatura corporal, convulsiones e incluso coma... no podemos pasar más de 3 días sin beber.

Para reponer las pérdidas diarias que se producen a través de la orina, el sudor y las heces es necesario ingerir diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua. La cantidad exacta varía en función del peso corporal, la actividad física, la temperatura ambiente.... Una pérdida excesiva de agua debido a la sudoración, un proceso diarreico, un mal funcionamiento de la hormona antidiurética puede romper el equilibrio hídrico.

Podemos cubrir nuestras necesidades hídricas principalmente tomando líquidos y también alimentos ricos en agua. El agua, ya sea del grifo o embotellada cumple perfectamente esta función, aunque hay otros muchos líquidos que además pueden aportar minerales (caso del caldo desgrasado), azúcar (caso de los refrescos), proteínas, grasas e hidratos de carbono (caso de la leche), etc.