El Parlamento de Canarias aprobó ayer, de forma unánime, los cambios en la ley regional de Pesca de 2003 para que los pescadores puedan beneficiarse, en lo posible, del turismo que viene a las Islas y desea conocer cómo son las artes e incursiones de los profesionales del mar en el Archipiélago. Este reparto de la riqueza del principal subsector económico en las Islas, aunque solo sea de forma muy limitada, fue el pegamento que propició, ayer, que incluso el partido con más dudas sobre la modificación de la ley (Podemos) se sumara al consenso previo del resto.

Los cambios surgen tras una propuesta inicial del PSOE que, durante las ponencias y comisiones, fue enriqueciéndose por el resto de partidos hasta que, ayer, Podemos se uniera a la inmensa mayoría tras flexibilizar sus enmiendas, transar otras o renunciar a algunas cuestiones en aras, precisamente, de contribuir a que los pescadores canarios puedan tener unos ingresos complementarios que mejoren sus condiciones de vida.

Los cambios consisten, principalmente, en la inclusión de las modalidades de "pesca turismo", "turismo acuícola" y turismo marinero" dentro de la ley como refuerzo económico para los profesionales del mar isleño. Se hace a través de diversas limitaciones de seguridad, número de turistas por barco y la posibilidad de que se pueda colaborar con empresarios del sector turístico, aunque todo adaptado a las normativas de la UE y la estatal.

Aunque la Federación Canaria Asociaciones de Pescadores se ha quejado de que no hayan contado con sus sugerencias, estos profesionales no solo podrán exhibir a turistas cómo desarrollan sus labores en el litoral canario, sino que difundirán también los productos pesqueros habituales en las distintas islas y el patrimonio cultural que encierra su actividad. Lo mismo en el ámbito de la acuicultura, aunque acotado a los que se dedican a esta modalidad, mientras que el denominado turismo marinero abarca más la parte etnográfica, y no solo la extractiva o comercial.

La diputada de Podemos Concepción Monzón mantiene dudas con algunos puntos de la ley incluidos o no suficientemente aclarados o desarrollados, pero acabó apoyando la norma porque, en líneas generales, la cree beneficiosa para el subsector.

Por el PSOE, la diputada impulsora del cambio, Rosa Bella Cabrera, considera que los cambios otorgan, "por fin, el protagonismo que merece la pesca artesanal y sus profesionales", y más ante la creciente crisis que ha sufrido este subsector en las Islas, lo que obligaba a buscar alternativas.

Jesús Ramos (ASG) resalta que la regulación de estas actividades lucha, al mismo tiempo, contra el intrusismo. Por NC, Pedro Rodríguez cree que la modificación mejorará el subsector y Nereida Calero (CC) insistió en que abrir los cambios a otras cuestiones hubiera impedido aprobar la iniciativa al necesitarse más tiempo.

El PP, molesto por la enmienda sobre cetáceos

El espíritu constructivo y de consenso que hubo en torno a la ley de Pesca solo vivió un momento de discrepancia con Cristina Tavío (PP), que lamentó que el resto de grupos no aceptaran sus enmiendas para aprovechar la iniciativa y proteger a los numerosos cetáceos que pasan por las Islas y se ven afectados por embarcaciones. Una de esas propuestas planteaba que, aparte de la comunicación previa de inicio de actividad turística de avistamiento de cetáceos, estos empresarios cuenten con "la autorización medioambiental exigible". Asimismo, abogaba por que "la promoción de actividades turísticas en el mar que, por cualquier medio, contenga alusión a cetáceos (escrita, gráfica, auditiva y visual) se considerará, salvo prueba en contrario, referida a la actividad de avistamiento, siendo exigible el cumplimiento de los requisitos para su desarrollo". También pedía un protocolo obligatorio para evitar las colisiones con especies protegidas, con cambio de rutas, velocidad o instrumentos que mejoren la visión. Sin embargo, lamenta que el PSOE y, en especial, CC se opusieran a incluir esto, si bien hay grupos que lo ven factible en el futuro.