Las islas de plástico son un hecho en el mundo desde hace tiempo. Las imágenes de los residuos sintéticos de distinto tipo acumulados en diversas zonas de los océanos han impactado tanto como su difusión por el planeta. Aunque, por supuesto, se trata de un problema mundial, como también el cambio climático, para el que de poco sirven las estrategias muy localistas si no vienen de la mano de acciones comunes y coordinadas a escala global, todo lo que se haga para minimizar esa tendencia, para reducir el consumo de plásticos en todos los ámbitos, resulta crucial y, en eso, Canarias ha ido adquiriendo un papel protagonista y de liderazgo entre las regiones de la Macaronesia.

Para empezar, el Gobierno regional y el Parlamento aprobaron en el verano pasado, por unanimidad, ya que en esto sí parece haber consenso amplio (incluso con un PP muy activo de la mano de Cristina Tavío), la prohibición del plástico, al menos de un único uso, en sus dependencias. De hecho, desde entonces no se reparten botellas de agua de este material, sino vasos reciclables a llenar en depósitos fijos. Además, se ha erradicado la utilización de otros elementos de vajilla o cubertería de este material.

No obstante, se trata solo de un pequeñísimo paso porque la producción y consumo de plásticos sigue creciendo a distintas escalas. Una medida voluntarista y más bien simbólica que requiere de una estrategia mucho más amplia y ambiciosa y que, sin embargo, se ha visto reforzada por el impulso que le ha querido dar la presidenta de la Cámara, Carolina Darias, y los distintos grupos a esta lucha y este reto del siglo XXI.

La mejor prueba es que, dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la llamada Agenda 2030, promovida por la ONU en la lucha contra el cambio climático, la Cámara canaria está liderando al resto de regiones de la Macaronesia para, de forma conjunta, tratar de convencer a la UE de la necesidad de afrontar este reto de verdad y hacer que la conocida como economía azul y circular no sean meras perífrasis o proyectos solo teóricos en papel, sino que estén en el día a día de la sociedad y se reflejen en resultados concretos, analizables y mejorables.

En este empeño, Darias, junto a diputados como David de la Hoz (CC), Luis Alberto Campos (NC) y Melodie Mendoza (ASG), se desplazó a finales del mes pasado a la sede de la Asamblea Nacional de Cabo Verde, en la isla de Santiago, para impulsar la estrategia Macaronesia plástico cero. Un proyecto a medio y largo plazo que pretende ser ambicioso y pragmático, y que tendrá el 13 y 14 de julio de 2020 una cita clave en Cabo Verde: las X Jornadas Parlamentarias Atlánticas, reunión bianual de los parlamentos de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde que está siendo preparada con detalle con tanta antelación. De hecho, habrá otra cita en febrero del año próximo del equipo de trabajo creado para este fin.

La campaña Macaronesia plástico cero intenta, nada menos, que eliminar el microplástico en las aguas de la región, ese que los estudios científicos ya detectan en el interior de muchos pescados de la dieta diaria.

Los efectos del imparable uso de plásticos en el mundo se han ido dejando ver en Canarias y otras islas de la Macaronesia desde hace tiempo. Las campañas de limpieza del litoral en diversos municipios muestran la acumulación de todo tipo de productos con materiales plásticos que se vierten y acaban en los océanos o en playas, al ni siquiera llegar a las plantas de residuos y reciclaje.

Asimismo, las Islas cuentan con puntos que, por la fuerza de las mareas, son botón de muestra inmejorables de los efectos planetarios de este problema. El más célebre es la parte norte de La Graciosa, donde resulta imposible no toparse con frecuencia con acumulaciones poco edificantes de todo tipo de basuras de plástico que pululan por el Atlántico y donde las dosis de microplásticos en el agua son más que preocupantes. De hecho, la consejería de Medio Ambiente incluso teme que algún día haya más plásticos que peces y, por eso, colabora con dos barcos para la retirada de estos residuos de las aguas de las Islas.

Canarias no solo quiere liderar esta lucha en la Macaronesia, sino en toda Europa con una estrategia propia y, así, pretende evitar los plásticos de un único uso en los centros docentes, de salud y en todas las dependencias públicas de su competencia, toda vez que los de un único uso suponen el 50% de los que llegan a los vertederos. Para ello, y como ejemplo a seguir, quiere implicar a supermercados, distribuidores y grandes superficies, así como a otras administraciones y a los ciudadanos con campañas informativas.