A cinco años de la centuria, el PNC celebró la semana pasada su 95 aniversario con un sentido e hilvanado discurso de su presidente, Juan Manuel García Ramos, que, sin dejar de lamentar la discontinuidad en ciertas etapas, resaltó la contribución de los integrantes de la formación nacionalista más longeva en Canarias. Eso sí, alejándose de sectarismos y apostando por el pragmatismo, dice que "el nacionalismo hoy es reclamar un trato no discriminatorio respecto a otros territorios del Estado".

El diputado regional contrapone la claridad del PNC, "que lleva en sus siglas su ideología y concibe a Canarias como nación", de partidos como Podemos, Vox o Cs que, en su opinión, "intentan veladamente" ocultar su ideología y hacen como los movimientos italianos, "de exótica denominación", 5 Estrellas, La Margarita o El Olivo. No obstante, el también catedrático de Filología Hispánica subraya que "nación no quiere decir ruptura", sino que a "Canarias hay que defenderla, organizarla, gobernarla y legislarla desde Canarias, sin que ello suponga no seguir dialogando con España y Europa?".

Por eso, resaltó el empeño por "conducir al PNC con racionalidad y pragmatismo, poniendo nuestra ideología al servicio de la realidad que vivimos". Sobre todo para evitar ortodoxias, ya que, según remarcó, "el doctrinario cree que sus conceptos, sus principios y sus valores están por encima de la realidad concreta. Y a veces en política hay que renunciar a parte del código ideológico de partida para que tu organización conecte con el pueblo al que sirve. La teoría al servicio de la realidad. Aunque, por otra parte, a veces es temerario reducir la ideología a simple tacticismo electoral", también avisa.

De ahí su conclusión de que "el pensamiento político nacionalista es un estadio superior del sentimiento de canariedad y de pertenencia a un territorio, a una sociedad y a una cultura milenaria, una cultura síntesis de los primeros habitantes de estas islas y de los que siguieron viniendo a ellas".

Sobre la unidad nacionalista, subrayó que, "desde el PNC, siempre nos hemos propuesto no favorecer ni la fragmentación ni la división. La política es el arte de alcanzar acuerdos, y los paisanos tienen la obligación de no renunciar nunca al entendimiento y la cooperación. Ayer el nacionalismo significaba en Canarias desembarazarnos de un trato imperial y colonizador (Secundino y colaboradores primeros), el nacionalismo en Canarias significa hoy reclamación de trato no discriminatorio con respecto a otros territorios del Estado y defensa de nuestras diferencias geoestratégicas, culturales y sociales como nación atlántica", indicó.

Tras estructuras para Canarias "dubitativas, con islas de señorío y realengas hasta el XIX", la "provincia única impuesta por España y no aceptada por Canarias durante el XIX y parte del XX o la doble provincia en 1927", García Ramos sostiene que se llegó a una autonomía de "bajo perfil corregida en 1982". Y es desde entonces cuando "se han fortalecido algunos movimientos nacionalistas". Entre ellos, CC, fundada en 1993 "con 31 votos coyunturales en el Parlamento y un error del Gobierno estatal protagonizado por Solchaga y sus titubeos al aprobar el REF económico. Quizá ese momento propició lo que podemos considerar la primera unidad nacionalista, aunque antes estuvo UPC", movimiento diluido de 1979 a 1983.

Tras la integración en la FNC (1999 y 2003), el PNC pactó con CC desde 2006. Una nueva etapa que espera que siga prolongándose "en defensa del pensamiento nacionalista, del sentimiento de canariedad, de un sentimiento de pertenencia a un territorio, a una sociedad y cultura milenaria, síntesis enriquecida de la que desarrollaron en soledad durante más de dos milenios los primeros pobladores de estas islas atlánticas, poseedoras de una lengua, religión, rito funerario, economía elemental y concepción del mundo, y de la que introdujeron los que vinieron a ellas a vivir a partir del XV, con el monoteísmo judeocristiano, la filosofía racionalista griega y el derecho romano".

Para el presidente del PNC, "el Estatuto de 2018 hay que desarrollarlo y cumplirlo íntegro. No podemos dar ni un paso atrás. Tenemos en los textos de nuestros congresos avanzar hacia una dimensión bilateral confederal con el Estado, pero estamos dentro de una Constitución que para ser reformada requiere 210 votos en el Congreso, y sabemos que las unilateralidades se pagan, como ha sucedido con los proyectos de Ibarretxe y Puigdemont". En este sentido, concibe el Estatuto como "instrumento indispensable para seguir dotando a nuestro pueblo de los reflejos políticos, económicos, sociales y culturales que nos hagan madurar en nuestra irrenunciable condición nacional".

Citando a Cohen, Chomsky y Fuentes, reivindicó la insularidad, una globalización enfocada desde lo local y un nacionalismo nunca contra otros, sino en defensa y conocimiento de lo propio.

Homenaje a fundadores e insignes precedentes

Por su formación, García Ramos enriqueció su discurso con alusiones al pasado, a los padres del nacionalismo y a otros pensadores que concibieron Canarias desde esa visión, pero sin ser "sospechosos de militancia nacionalista". Así, aludió al humanista florentino Domenico Silvestri (XIV), a José de Viera y Clavijo (XVIII), Agustín Millares (XIX), Manuel Ossuna (XX) o al catedrático de la ULL Antonio de Bethencourt (XX). Por supuesto, se detuvo en Secundino Delgado y en otros intelectuales que expresaron el "sentimiento de canariedad y lo tradujeron a pensamiento político nacionalista", pero procediendo "del pueblo llano", como José Cabrera, José Esteban Guerra o Luis F. Gómez Wangüemert. De Secundino subrayó su contribución desde el pragmatismo y la racionalidad, acoplando las ideas a la realidad. Esto le sirvió para advertir del "nacionalismo emocional", recordando que, en la última etapa de la revista El Guanche en Venezuela, "Secundino y sus colaboradores le vieron las orejas al lobo del imperialismo estadounidense, que tampoco perdía de vista a Canarias en sus ansias de dominación, como más tarde, en la II GM, pretendieron los británicos con su Operación Pilgrim y los alemanes con la Félix. También en su autobiografía, Vacaguaré, Secundino reclama una amplia autonomía para Canarias tipo Gran Bretaña y sus excolonias".

Tributo a los que reimpulsaron las siglas

Resaltó también los motivos para refundar el PNC: la "reclamación de trato diferenciado" para Canarias. Por eso, remarcó los documentos aprobados en Bajamar y a sus autores: Bernardo Cabrera, Antonio Pérez Voituriez, Victoriano Ríos, Juan Pedro Dávila y José Diego Díaz-Llanos. "Nacionalismo de verdad". De él dice que se nutrieron para formular, en 1998, el Manifiesto Nuevo Siglo, "documento que hemos actualizado hasta nuestro XI Congreso Nacional", en 2018. Tras la refundación, se integran en la FNC, lo que significó "plantearnos un nacionalismo alternativo, más de acuerdo con nuestra ideología", logrando "el 4,9% de los votos en 1999 y 2003". Desde 2006, pactan con CC, aunque Ramos no deja de destacar y comparar a los miembros del PNC con "ese verano invencible de Albert Camus capaz de contrarrestar todos los inviernos de la historia". Por supuesto, tampoco olvidó a los emigrantes canarios reunidos el 30 de enero de 1924 en La Habana que fundaron el PNC, un Ateneo Canario, la revista El Guanche (segunda etapa) y el periódico Vacaguaré, quienes "no pudieron imaginar que casi un siglo después sus paisanos descendientes estarían recordándolos y homenajeándolos".