La era robótica aterrizó ayer en los quirófanos públicos de Canarias. Tras varios años de peticiones continuas por parte de los cirujanos de todo el Archipiélago, la realización de operaciones quirúrgicas por medio del robot Da Vinci empezará pronto a ser una realidad.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha liderado esta iniciativa, financiando la adquisición de esta revolución tecnológica para los cuatro hospitales de tercer nivel de Canarias: el Hospital Universitario de Canarias, el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, el Hospital Universitario Insular Materno-Infantil y el Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.

Con un precio de 2,1 millones de euros por unidad, esta máquina cambiará la concepción actual de la cirugía, permitiendo a los especialistas realizar un trabajo más preciso al tiempo que mejoran los resultados quirúrgicos, especialmente en lo que se refiere a recuperación del paciente. "Hablamos del sangrado y de la necesidad de analgésicos", explicó Tomás Concepción, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), quien remarcó que se reducirán considerablemente gracias a esta técnica.

Concepción lo ejemplificó en el hecho de que las "cirugías complejas, que actualmente tienen un tiempo de recuperación de entre 7 y 10 días", acabarán ingresando al paciente durante un solo día. Esto provocará, como insistió el urólogo, una "revolución" en gestión de camas, pues se liberarán más rápido y, por tanto, permitirá la entrada de más pacientes.

La llegada del robot Da Vinci se acoge como un "cambio total y absoluto" porque el instrumento permite hacer movimientos imposibles para una mano humana, corrige el temblor y, al trabajar en 3D, consigue una sensación de profundidad para el cirujano con la que actualmente no cuenta.

Para utilizarlo, el cirujano se introduce en una consola donde dirige con sus manos y sus pies los cuatro brazos robóticos con los que cuenta este modelo de Da Vinci, el más actual.

Pero para manejar este nuevo aparataje hace falta formación. Algo para lo que los cirujanos ya se están preparando. De hecho, muchos de los especialistas han acudido a congresos y formaciones en la última década, pero no va a ser hasta ahora cuando puedan formalizar todos esos conocimientos.

La empresa Intuitive, quien se ha hecho con el monopolio de los robots cirujanos, es quien se encarga de estas formaciones. Ahora toca que los profesionales elijan un "protor" en un centro de fuera que cuente con el robot.

Un "protor", como explica Concepción, es un "maestro" cuyo trabajo es dirigir el aprendizaje de otros cirujanos. Tras alcanzar un nivel de conocimientos prácticos concretos, este instructor se encargará de expedir una acreditación para el cirujano, tras la cual tendrá que acudir a tres centros de cirugía experimental, en Estrasburgo, Bélgica y Nápoles, para volver a acreditarse, esta vez, de manera internacional.

"La formación es rápida", concluyó el urólogo, quien estima que en Canarias los centros hospitalarios puedan empezar a ejecutar sus Da Vinci en enero. Una vez esté todo en marcha, solo quedará organizarse, porque son muchos los especialistas y pacientes que quieren beneficiarse del aparato. Por esta razón, al menos en el Hospital Universitario de Canarias se pondrá en marcha un comité para analizar y gestionar las peticiones de cada servicio.