Un total de 1.263 inmigrantes han llegado en pateras o cayucos a Canarias en lo que va de año, el triple de los que se contabilizaban a 30 de noviembre de 2017 (403), según datos del Ministerio de Interior. De acuerdo con el balance que publica cada quince días el departamento de Fernando Grande Marlaska, en los once primeros meses de 2018 han arribado a Canarias 63 pateras o cayucos, casi cuatro veces más (un incremento del 270 %) que las 17 que se registraron el año pasado.

Pese al aumento, la cifra de inmigrantes llegados a las Islas en patera o cayuco se encuentran muy lejos de las que se dieron en 2006, cuando alcanzaron los 32.000.

En el conjunto de España, 59.048 inmigrantes han entrado de forma irregular por tierra y por mar en lo que va de año, pero la inmensa mayoría lo han hecho en patera, ya que han sido 52.795 frente a los 19.924 del mismo periodo de 2017, con lo que casi se triplican las llegadas a través del Mediterráneo.

El último balance provisional publicado por el Ministerio del Interior registra un incremento del 165% en las llegadas de inmigrantes de forma irregular a través de embarcaciones desde enero hasta el pasado 30 de noviembre. Y de un 129% más si se tienen en cuenta las entradas por tierra.

La mayoría de las entradas por mar han sido a través de las costas peninsulares y Baleares, 50.325, en 1.818 embarcaciones, cuando en 2017 fueron 18.845 los inmigrantes que llegaron en 1.118 pateras.

La secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, atribuyó ayer al cambio de flujos migratorios el aumento de la llegada de inmigrantes irregulares a España, una vez que la presión se ha desplazado desde el Mediterráneo más oriental al área occidental.

El plan de contención puesto en marcha por Europa en 2015 ha cambiado los flujos migratorios desde la zona de Siria, Italia y Libia a aguas próximas a España, lo que ha permitido solucionar la cuestión a las autoridades comunitarias, "pero nos ha creado un problema", ya que "ha tenido un efecto de traslación", señaló.

La secretaria de Estado de Seguridad estuvo ayer en Las Palmas de Gran Canaria, donde visitó el centro que coordina la vigilancia en materia de inmigración irregular en esta zona del Atlántico y las principales oficinas de la Policía y la Guardia Civil.

"La migración y las redes clandestinas buscan salidas", insistió Botella, y España ha pedido refuerzos en numerosas ocasiones a Europa, "pero es necesario convencer a la Unión Europea", puesto que para frenar los flujos migratorios hacen falta medios materiales y humanos, recalcó.

"España tiene una situación estratégica al sur de Europa y ello conlleva retos como el de la inmigración irregular", dijo la secretaria de Estado durante una rueda de prensa.

En cuanto al número de inmigrantes que llegan a Canarias, indicó que, aunque han aumentado porcentualmente, se está lejos los números absolutos que se alcanzaron con la crisis de los cayucos (32.000, solo en 2006), una situación que "se resolvió de manera muy acertada".