Las mujeres continúan siendo las principales responsables del trabajo doméstico en todas las comunidades autónomas, pero en algunas la brecha de género en las actividades no remuneradas es especialmente profunda. Canarias es una de ellas. De hecho, es la segunda comunidad autónoma con una mayor diferencia en el tiempo que los miembros de la pareja dedican a las tareas del hogar -ellas invierten casi el triple que ellos, 2,8 veces más- y la tercera si lo que se mide son las horas consagradas a cuidar de los hijos -que en el caso de las mujeres multiplican por 2,3 las de los hombres-.

Los datos proceden de la Encuesta de Empleo del Tiempo del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al bienio 2009-2010 y han sido elaborados por tres investigadoras de la Universidad del País Vasco para un artículo, "Diferencias de género en la distribución del tiempo de trabajo en las regiones españolas", publicado en la última edición de la Revista Internacional de Sociología, que edita el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Las autoras del estudio -Amaia Altuzarra, Catalina Gálvez y Ana María González- parten de la hipótesis, luego confirmada por la investigación, de que los territorios con mayor riqueza, nivel educativo y participación de las mujeres en el mercado laboral, así como con una potente provisión de políticas sociales, tienen un reparto más igualitario del trabajo, tanto retribuido como doméstico.

La estadística sitúa al Archipiélago como la comunidad en que más amplia es la diferencia entre sexos en el tiempo empleado globalmente en el trabajo, sea remunerado o no. Así, las mujeres trabajan 1,53 veces más tiempo que los hombres. Pero el hecho de que la población femenina trabaje más horas que la masculina obedece, en realidad, al tiempo que invierte en tareas no remuneradas, 2,64 más que los hombres.

En cambio, esta realidad se invierte cuando solo se analiza el tiempo dedicado al trabajo remunerado. Ellas dedican la mitad de tiempo que sus parejas al trabajo fuera del hogar (una ratio de 0,61). Pese a que Canarias lidera las tasas de desigualdad de género en las tareas domésticas, presenta una de las brechas más estrechas del país en el tiempo de trabajo retribuido. Solo en Cataluña, Navarra y La Rioja es menor.

Las investigadoras usan estos y otros datos -ingresos del hogar, nivel de estudios o número de hijos- para efectuar un análisis que permite agrupar las regiones en cinco clases diferentes. Canarias forma parte -junto a Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana- del tercer grupo, caracterizado por un patrón basado en la división tradicional de los papeles entre sexos, "en el que el varón desempeña predominantemente el trabajo remunerado y la mujer muestra un alto sesgo hacia el trabajo doméstico".

Las comunidades incluidas en este grupo registran tasas de actividad y empleo femenino "significativamente inferiores" a la media del país y una estructura productiva "más orientada a la construcción", así como un gasto en servicios públicos esenciales y protección social también por debajo del promedio español, aunque por encima del grupo que se sitúa a continuación.

Este está constituido por Castilla y León, Murcia -la región con mayor desigualdad en el tiempo dedicado tanto al trabajo retribuido como al doméstico- y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El contexto socioeconómico, los escasos recursos de las políticas sociales y el predominio de un modelo "patriarcal" de familia son los rasgos dominantes de estos territorios. Hay un último grupo, integrado, en realidad, por una sola comunidad, Asturias, que presenta la mayor brecha en el trabajo remunerado, así como niveles "significativamente bajos" de ingresos y número de hijos.

Las regiones más igualitarias se distribuyen en los dos primeros grupos. El primero está formado por Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja. En estas comunidades se da la menor diferencia de género en el tiempo invertido en el trabajo doméstico, así como los índices más elevados de empleo y actividad femeninos. El dos lo integran Aragón, Cantabria, Galicia y Baleares, con una brecha "algo inferior" a la media y magnitudes del mercado laboral también superiores al conjunto.

El peso de la "segunda jornada laboral"

Las mujeres no solo dedican más tiempo al trabajo doméstico, sino que también se hacen cargo de la mayor parte de la conciliación de la vida laboral y familiar cuando ejercen empleos remunerados. "En muchas ocasiones -constatan las autoras del estudio publicado por el CSIC-, asumen un nuevo rol en el mundo laboral sin que se produzca una redistribución del trabajo doméstico, recayendo sobre ellas el mayor peso de estas tareas". Es la llamada "segunda jornada laboral", que sumada a la falta de flexibilidad del mercado de trabajo y la escasa dotación de servicios públicos para el cuidado de los hijos, genera "una carga adicional de trabajo extradoméstico" y "una cortapisa para el desarrollo de su carrera profesional".

Es necesario un "cambio de modelo"

Las investigadoras creen preciso "avanzar en el desarrollo de políticas nacionales y regionales dirigidas a mejorar la conciliación" y "la provisión de servicios para el cuidado de niños y mayores dependientes, así como "consolidar un modelo de familia en la que no haya una separación entre los papeles de generador de ingresos familiares y cuidador". Las administraciones tienen "un amplio recorrido para reducir las diferencias regionales" y "alcanzar los estándares de los países europeos más avanzados".