O se reactiva la inversión pública y se levantan las restricciones para que la Comunidad Autónoma emplee su superávit o se baja el IGIC. El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, se mostró ayer dispuesto a aceptar cualquiera de estas dos posibilidades como vías para estimular la economía del Archipiélago y de afrontar una desaceleración que ya parece una realidad.

El Índice de Confianza Empresarial refleja esa moderación del crecimiento económico. Aunque Canarias es una de las tres únicas comunidades autónomas donde la confianza de los empresarios sube en el cuarto trimestre del año en relación al anterior, lo hace solo en un 0,3%, el menor ascenso de los últimos cinco ejercicios.

Este leve incremento -casi una estabilización- adelanta, a juicio de la entidad cameral, "una moderación de los ritmos de crecimiento, tanto empresarial como de la contratación". Los "síntomas de agotamiento" responden, según Sesé, a varios factores: entre los de carácter interno, la "incertidumbre política" y la ausencia de reformas estructurales; y entre los externos, las políticas proteccionistas, la situación de Italia y Reino Unido, el alza de los precios del petróleo y la prevista elevación de los tipos de interés.

En este contexto, la bajada del IGIC puede tener sentido si "se dan las condiciones". El presidente de la Cámara recordó que el aumento de los tipos del impuesto indirecto canario se presentó en 2012 como una medida "provisional", aunque sigue en vigor. "Si el exceso de tesorería no se puede invertir y sigue en los bancos acumulando intereses, es preferible que se devuelva a las empresas y los ciudadanos para que puedan hacer uso de ese dinero", argumentó Sesé, quien, no obstante, tampoco descartó como alternativa que se mantengan los tipos siempre que la inversión productiva crezca.

Aunque no ha influido en las respuestas a la encuesta sobre confianza -realizada, a 1.050 empresarios, antes de que se anunciara la medida-, la Cámara entiende que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en un 22,3% pactada por el PSOE y Podemos para el próximo año también aporta incertidumbre al panorama económico. "Las propuestas del Gobierno central añaden más inseguridad, si cabe", advirtió Sesé, para quien este incremento "puede ser contraproducente en un momento de desaceleración".

Los representantes de la Cámara -Sesé y la directora general de la entidad, Lola Pérez- aplaudieron los intentos por mejorar el estado del bienestar, pero dudaron de que las medidas hayan sido suficientemente estudiadas, caso de una expansión del gasto público que, si no se cumplen las previsiones de ingresos -algo "muy complicado", a juicio de Pérez-, puede volver a disparar la deuda.

La confianza empresarial se agota

El índice de confianza empresarial suele registrar buenos resultados en octubre, cuando se pregunta a los responsables de los negocios por sus expectativas para el último trimestre del año. En esta ocasión, sin embargo, los datos han sido menos buenos. El optimismo de los empresarios solo ha crecido un 0,3% en relación a la encuesta de julio, el aumento más leve desde que empezara la recuperación. La impresión de los encuestados sobre cómo transcurrió el trimestre anterior supone un preludio de los tibios resultados de octubre: la diferencia entre respuestas positivas y negativas fue de solo dos puntos, cuando la previsión era que fuese de seis, destacó la directora general de la Cámara de Comercio, Lola Pérez. En cuanto a las expectativas sobre la creación de empleo, la tendencia apunta a que más bien se mantendrá el ya existente: el 76% de los empresarios así lo prevé.