El presidente de la cooperativa Cosecha Directa y de la Unión de Pequeños Agricultores, Antonio Suárez, intervino ayer en la comisión de Agricultura del Parlamento de Canarias con la claridad y contundencia que lo caracterizan, lo que fue elogiado por los grupos, por mucho que algunos, como CC, discrepen de diversas tesis. Según recalcó, el futuro del sector es oscuro porque algo se está haciendo mal para que los 200 millones que llegan en subvenciones al sector no lo estén casi notando los productores.

Suárez dejó claro que no se opone a que vengan ayudas del Posei, pero sí cuestiona sus resultados porque, sin recurrir a ellas y simplemente pagando más por el litro de leche (más de 80 centimos y no sobre 50), por naranjas u otros productos, los agricultores isleños prefieren venderles a su cooperativa que a otros y esperar por la subvención.

Estas entidades mueven hasta 13 millones de kilos de mercancía al año y cuentan con más de un centenar de socios, en un 60% por debajo de los 50 años. Sin embargo, solo de un 5 a un 10% de sus hijos se ven heredando la actividad. Sobre esto, y si bien aplaude la ayuda al emprendedor, alerta de que, pasados 5 o 6 años, la mayoría se dedica a otra actividad y deja el campo como secundario. Por eso y porque aún continúa el 60% de las tierras de cultivo abandonadas, pide que se haga un replanteamiento.

Es más, cree que, incluso si entra el triple de ayudas, "puede no servir". Esta deriva la ejemplificó en importadores que, al enterarse de que subirá la ayuda al kilo de semilla de papas, suben el precio. También censura que se tarde mucho más en pagar la ayuda al productor que al importador o que un saco de semilla de papas cueste 14 euros y el agricultor lo adquiera por 21.

Como salida, cree que hay que invertir mucho más en comercialización, hacer que las cláusulas sociales se cumplan de verdad en los hospitales o colegios y evitar que solo interese comprar lo local si es producto de temporada.