La red de colaboración establecida por España con los principales países de la costa de África Occidental tras la crisis de los cayucos de hace una década ha conseguido abortar en lo que va de año más de la mitad de los intentos de salida de pateras o cayucos hacia Canarias, el 61 %.

Solo hasta el 30 de septiembre, llegaron a las islas 659 inmigrantes a bordo de 30 pateras o cayucos, cifra que casi cuadruplica la entrada de irregulares registrada en 2017: 137 personas, según el último recuento del Ministerio del Interior.

Los datos que maneja el Centro Regional de Coordinación de Canarias, que supervisa todos los esfuerzos de España en esta zona del Atlántico para el control de los flujos migratorios, muestran la otra cara del fenómeno: las embarcaciones frenadas en la misma costa desde la que intentaron poner rumbo hacia las islas.

En los nueve primeros meses del año, los países con los que colabora la Guardia Civil y la Policía española en la costa occidental de África han abortado la salida de 14 embarcaciones, de acuerdo con las tablas que la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez, ha mostrado esta mañana a los medios de comunicación.

En esas operaciones, se frenó la salida de 1.031 inmigrantes irregulares, a razón de 73 ocupantes por embarcación, lo que permite suponer que en muchos de los casos se trataba de cayucos, capaces de transportar un número muy superior de personas que las pateras.

La comparación entre la cifra de llegadas y los inmigrantes retenidos en las costas de origen revela que prácticamente se frenó en África la salida de dos inmigrantes por cada uno que llegó a las islas.

Los meses en los que más inmigrantes fueron retenidos cuando salían a Canarias fueron los del verano: 216 en junio (2 barcazas), 265 en julio (3), 249 en agosto (3) y 153 en septiembre (3).

En 2006, casi 32.000 inmigrantes arribaron a Canarias a bordo de cayucos o pateras, en su mayor parte jóvenes senegaleses.

Aquel episodio, conocido como la crisis de los cayucos, marcó un récord de entrada de irregulares por mar a España que se acaba de batir este año debido a la presión que están soportando las costas del Mediterráneo y, en particular, las del estrecho de Gibraltar.

A raíz de aquella experiencia, el Gobierno llegó a acuerdos con Mauritania, Senegal y otros países de la costa occidental africana para frenar el fenómeno en origen, con medidas que hoy se mantienen, como la donación de patrulleras o el traslado de equipos policiales españoles a esos países para colaborar con las fuerzas de seguridad locales en la lucha contra las mafias de la inmigración.