Fue su último acto de apertura de curso como rector de la Universidad de La Laguna y Antonio Martinón realizó un discurso intenso, claro y directo; con demandas, pero también con agradecimientos. Está convencido de que hay que desterrar el conservadurismo y el inmovilismo para poder avanzar, porque "o cambiamos nosotros (...), o nos cambian desde fuera".

Martinón apuesta decididamente por la expansión de sedes hacia Santa Cruz de Tenerife y agradeció al Ayuntamiento capitalino el ofrecimiento de cesión de unas instalaciones suficientes para albergar una facultad. De hecho, confía en poder dar una respuesta a dicho consistorio en los próximos meses. Aclaró que "somos laguneros, pero no de un municipio". Según Martinón, "será inútil que se trate de impedir que nuestra Universidad tenga presencia más allá de esta ciudad, pues no aceptamos" que mientras los centros privados "se extienden por las islas, nosotros nos limitemos a unos lindes administrativos".

En el evento de ayer estuvieron presentes el presidente canario, Fernando Clavijo, y la consejera de Educación, Soledad Monzón.

El rector elogió al Gobierno autónomo por disminuir las tasas académicas, para, de esa manera, facilitar el acceso de la juventud a la enseñanza superior, sobre todo teniendo en cuenta que en el Archipiélago la media de jóvenes universitarios está por debajo de la española y la europea.

También valoró positivamente que en los presupuestos generales del Estado para el próximo año se haya incluido una partida específica para la Universidad de La Laguna igual a la contemplada para la de Las Palmas de Gran Canaria. Martinón también agradeció al Ejecutivo regional dicho logro.

Explicó que, desde la Conferencia de Rectores, "hemos planteado la necesidad de una Ley de Universidades renovada y más adaptada al momento histórico que estamos viviendo", con unos cambios "profundos y valientes".

El rector recordó que las universidades públicas "han sido en nuestra historia reciente el principal mecanismo de progreso, bienestar y equidad social del que hemos dispuesto".

Y apuntó que, a la espera de que tengamos esa nueva Ley, "creo que en Canarias podemos dar pasos ambiciosos en la buena dirección".

También solicitó a Fernando Clavijo que por parte del Gobierno canario se delimite y precise lo que se quiere que sean las universidades públicas del Archipiélago.

En esa línea, Martinón dijo que "nos gustaría que hubiera una posición más clara acerca de nuestro papel en el desarrollo social, económico y cultural de nuestras islas".

La lección inaugural corrió a cargo del catedrático de Ingeniería Mecánica Carmelo Militello. En la primera parte de su exposición, hizo una reseña sobre la relación entre "ingenio" e "ingeniería". Y al final, el profesor, de origen argentino, expuso los cargos y puestos de trabajo que han alcanzado, tanto en Alemania como en la Península o Tenerife, algunas ingenieras e ingenieros que estudiaron y se licenciaron en la Universidad de La Laguna. Militello también contó la anécdota de un exalumno de Ingeniería de la ULL, que, después trabajar con compañeros de profesión que se formaron en otras prestigiosas instituciones de varias partes del mundo, le dijo que, si tuviera que volver a estudiar esa carrera, lo haría en la Universidad de La Laguna. Militello dijo que los estudios de Ingeniería Industrial en la ULL tienen pocos años. Aclaró que el centro "no tiene la solera ni la acumulación de estudios de Ingeniería de otros lugares; pero sí tiene la profesionalidad y el empuje de sus profesores y el anhelo de sus estudiantes, que quieren participar y colaborar en un mundo tecnológico". Según el citado profesor, "estos alumnos nos vienen demostrando con su esfuerzo que están al mismo nivel que los mejores egresados europeos".