María del Carmen Galindo Ramírez, madre de una de los 65 usuarios del CAMP La Cuesta, ratificó ayer a este periódico la calidad del servicio que se presta en el centro.

Galindo contestó así a la denuncia realizada por otra madre, Matilde (nombre ficticio para salvaguardar su identidad), que aseguró que su hijo con parálisis cerebral había contraído una salmonelosis durante su estancia en el centro. Galindo Ramírez afirmó haber hecho uso de los servicios del centro desde el año 1992, cuando su hija ingresó por primera vez con una plaza en el centro de día. Hace poco, debido a la situación médica de esta madre, su hija pasó a tener una plaza interna en el CAMP La Cuesta. Durante todo este tiempo, Galindo Ramírez nunca ha visto que los usuarios estén mal atendidos, sucios o mojados. "Si mi hija no estuviera bien ahí, no la dejo", reclamó.

En esta línea, criticó la denuncia de Matilde ya que, según la madre, da "a entender que dejamos a los niños desamparados". Así alegó que otras madres están "muy enfadadas" por la denuncia, que insistió "es falsa".

"Voy al centro sin avisar cada dos por tres. Siempre me abren la puerta y nunca he visto a ninguno de los 65 niños mojados ni sucios y tampoco huele a orín", insistió Galindo haciendo referencia a las declaraciones de Matilde.

Asimismo, Galindo Rodríguez dio las gracias al personal del centro y al Cabildo de Tenerife por la atención que reciben sus hijos. Como afirmó, durante todos esos años no se han cambiado las personas que componen el personal, lo que ha creado un vínculo entre ellas y los usuarios. "Los niños les quieren muchísimo", afirmó.

La madre también ratificó la información proporcionada por la directora del centro, Jovita Rodríguez, quien comentó a este periódico que cada tres meses se realiza una inspección al centro. Un control que, según esta madre, se lleva a cabo "sin avisar al centro", con lo cual volvió a afirmar que todo esta "completamente limpio".