La incidencia de las enfermedades profesionales en los hoteles del Archipiélago es "claramente superior" a la del conjunto de las actividades económicas, lo que aconseja "prestar una especial atención al sector hotelero en cuanto a la mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo". Este análisis forma parte del informe "Siniestralidad laboral del sector hotelero en Canarias", elaborado por el Instituto Canario de Seguridad Laboral (Icasel) y que incluye datos de los últimos nueve años.

En este periodo se han producido muchas oscilaciones, pero la tónica ha sido que la incidencia de las patologías profesionales en las actividades asociadas a los hoteles y apartamentos superase siempre la del total de sectores. En 2017, en concreto, la desproporción rozó el doble: 56,5 dolencias declaradas por cada 100.000 trabajadores afiliados en el sector hotelero frente a 31 en el conjunto de la economía canaria. La incidencia en el ramo de la hostelería es la mayor desde el año 2013, cuando se situó en 57,6 por cada 100.000 ocupados. Ese año también se registró el índice más elevado en el total de actividades, 36,2.

En cifras absolutas, el sector de los alojamientos turísticos sufrió 37 enfermedades profesionales declaradas el año pasado. De ellas, 31 fueron trastornos musculoesqueléticos, el 83,78%. Este tipo de dolencias supusieron el 80,77% del total de las enfermedades profesionales notificadas en el Archipiélago a lo largo del año 2017 (166 de 208).

La evolución de los últimos nueve años permite comprobar cómo algo más de una de cada diez patologías asociadas al desempeño de una profesión concreta -el 13%, un porcentaje "elevado", según el Icasel- se produjo en los servicios de alojamiento. La proporción más alta se dio, precisamente, en 2017, cuando un 18% de estas enfermedades afectaron a trabajadores de hoteles y apartamentos.

Prácticamente tres de cada cuatro patologías profesionales en el sector hotelero las sufrieron el pasado año mujeres. "Al no disponer de datos de población afiliada segregada por sexos es difícil asegurar si el mayor número de enfermedades profesionales se debe a que hay más trabajadoras que trabajadores en el sector hotelero o a si desempeñan puestos sometidos a mayores riesgos o con peores condiciones", apunta el Instituto en las conclusiones del informe.

La abundancia de dolencias musculoesqueléticas debe ser también, a juicio del organismo, motivo para incidir en las evaluaciones de riesgos específicas que permitan adoptar "las medidas preventivas adecuadas".

La elevada incidencia de las enfermedades profesionales entre las trabajadoras del sector hotelero parece apuntar a un colectivo que se encuentra en el foco de las reivindicaciones durante los últimos años: las camareras de piso, conocidas también como "kellys".

Su situación puede experimentar un cambio tras el acuerdo adoptado en mayo por la mesa nacional que discutía las condiciones de trabajo en las actividades turísticas, orientado a incluir en el catálogo de enfermedades profesionales algunas de las dolencias que más sufren estas profesionales, como el síndrome del túnel carpiano y la bursitis.

La demanda de incorporar estas patologías al catálogo ha estado comandada por los gobiernos de Canarias y Baleares, que presentaron datos al Ministerio para acreditar que en esta actividad se produce una infradeclaración de enfermedades profesionales.