La infancia y las familias han cambiado mucho en las últimas décadas. A Carmen Morales, directora general de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canaria, le ha tocado hacer un perfil de las nuevas unidades de convivencia y de los menores que residen en las Islas. Ese diagnóstico será la base para consensuar con administraciones y entidades una nueva hoja de ruta.

Morales reconoce que lo que más le ha llamado la atención del informe sobre la infancia y la familia, elaborado por las universidades canarias, es la edad a la que los menores tienen su primer contacto con el sexo o las drogas, que se ha rebajado a los 14 años.

La Consejería de Políticas Sociales ha presentado un diagnóstico sobre las familias canarias que "actualiza" el anterior, realizado en 1998, y servirá para poner en marcha una estrategia orientada al menor. ¿Llevamos mucho atraso en la materia?

Llegamos en enero de 2017 y creo que en este tiempo que llevamos -que viene a ser como un año y medio- hemos avanzado, hemos cumplido algunos de los objetivos que nos habíamos trazado y estamos trabajando en otros, especialmente en tener ese plan de infancia canario. Para ello había que hacer un diagnóstico primero, porque es verdad que el anterior tenía como 18 años, y en ese tiempo la sociedad ha cambiado mucho. Por eso, lo primero que hicimos fue contactar con las dos universidades públicas de Canarias, y en concreto con María José Rodrigo, que es una catedrática muy reconocida experta en aspectos como la parentalidad positiva, para que coordinara este estudio, en el que participaron los dos centros públicos de enseñanza superior. Esa investigación la presentamos públicamente y está disponible de forma "on line", con lo cual cualquier persona que está estudiando, que quiere preparar su tesis o simplemente quiere saber cómo está la infancia en Canarias puede acceder a través de la web, donde están todos los datos. El estudio nos ha devuelto una imagen de cómo es la situación de los 359.000 menores de Canarias. Con esa foto estamos elaborando la estrategia. Para esa estrategia tenemos el mismo compromiso de esta catedrática para coordinar el borrador. Lógicamente, las líneas y estrategias las decide luego la Dirección General, pero ella, con esos investigadores universitarios, va a hacer un borrador que luego nos permita a nosotros sentarnos con cabildos, ayuntamientos, entidades y particulares y todos aquellos que quieran aportar su granito de arena en la estrategia de la infancia en Canarias.

Es la primera vez que el informe sobre la infancia lo hacen expertos ajenos a la Dirección General. ¿Es más oportuno tener una visión desde fuera?

Yo creo que hay dos aspectos fundamentales. Por un lado, que hay expertos. Y, por otro, que hay muchas voces. Cuantas más opiniones tengamos, mejor. Ayuntamientos, entidades profesionales, cabildos? todos tienen su visión de la infancia, todos ven problemáticas que sufre la infancia y también pueden aportar soluciones para ello. Queremos recoger todas esas aportaciones en mesas de trabajo para volcarlas en la estrategia de la infancia que hagamos luego.

El informe abarca múltiples aspectos, desde la edad de inicio de las relaciones sexuales hasta el incremento de los delitos cometidos por menores de edad. ¿Qué le ha sorprendido más del diagnóstico de la infancia en Canarias?

A mí, personalmente, me ha sorprendido mucho la edad. El corte de edad en el que los niños inician una serie de actuaciones, como puede ser el consumo de alcohol, de las drogas, de la sexualidad, de los delitos, ha bajado hasta los 14 años. Si antes se esperaba a la mayoría de edad, actualmente se ha adelantado. Hoy, con 14 años, los niños y las niñas, los adolescentes, tienen sus primeros contactos con cosas que no son de su edad: alcohol, drogas, relaciones sexuales completas?

Se ha constatado, además, un descenso del uso de anticonceptivos y un repunte de los embarazos juveniles.

Exacto. No se entiende que baje el uso de anticonceptivos en pleno siglo XXI, cuando desde Sanidad, Educación y todas las consejerías se hace un esfuerzo de sensibilización y la información está al alcance de todos.

¿Han subido los delitos entre menores?

Detectamos que las primeras acciones que cometen contra la legalidad rondan los 14 años. También vemos un aumento de chicas con medidas judiciales, algo que el siglo pasado no se veía.

De los menores que tienen medidas judiciales ¿cuántos son chicos y cuántas chicas?

Unos 1.600 menores cumplieron medidas judiciales en 2017, pero la mayoría -1.432- lo hicieron en régimen abierto, y 257 en semiabierto. Las chicas vienen a ser alrededor del 10% y la tendencia es al alza.

¿Cuál es el motivo principal de las medidas judiciales?

Los principales motivos son el robo, el tráfico de drogas y la violencia.

Hay iniciativas privadas que se están poniendo en marcha para atender a menores con medidas judiciales, como el proyecto Up2U Project de la de la jueza Reyes Martel en Gran Canaria. ¿Qué otras actuaciones se llevan a cabo con estos menores?

A través de la Fundación Ideo tenemos una serie de programas de convivencia, de talleres. Es verdad que la jueza Reyes Martel tiene esa iniciativa privada pero la Consejería, a la par, hace prácticamente lo mismo. Se ha producido un cambio de modelo; antes era más punitivo, pero el modelo actual está enfocado a la reinserción y la educación: busca poner en valor sus intereses y sus puntos fuertes. En los centros de internamiento tenemos muchos talleres, por ejemplo, de cocina. Y cuando tenemos eventos, muchas veces son ellos los que preparan la comida y se portan genial. También participaron en la feria de voluntariado que organizamos, con sus talleres de serigrafía.

¿Hay vínculo entre origen social y medidas judiciales? ¿O entre menores tutelados por la administración y menores que acaban teniendo medidas judiciales?

Lógicamente a los niños que son tutelados por la Administración alguna razón les ha hecho llegar a esa tutela. Es decir, han tenido la mala suerte de nacer en una familia en la que los padres no han podido cumplir con todos los requisitos. Lo tienen más difícil que un niño que nace, digamos, entre algodones, que tiene unos padres que se preocupan por ellos, que no son absentistas. Pero nosotros tenemos muchas medidas, como el programa Extutelados o los pisos de emancipación para que tengan un acompañamiento y puedan labrarse su futuro.

Recientemente salió a la luz un caso en el que menores que estaban en un centro de la administración habían sido prostituidas. ¿Qué medidas ha puesto la administración para evitar que esto vuelva a pasar?

Gracias al buen hacer de esos centros, que son los que nos dan la voz de alarma, actuamos. Ellos ven de primera mano lo que está pasando. Yo aquí no pongo el foco en los centros, sino en las menores que hayan podido caer en esas prácticas inducidas por adultos, que las sobornan, las invitan a fiestas, etc. Yo aquí en lo que quiero hacer hincapié es en dónde está ese adulto que paga por tener sexo y por estar con una menor. Eso la ley no lo puede consentir. Esa menor ya tiene su carga de vivir en un centro de protección. Gracias a esos cuidadores que están atentos se puede llegar a esa denuncia y a esas personas que están haciendo el negocio con menores en esa situación.

¿Qué opina sobre la percepción que tienen los menores de la prostitución? ¿Cree que hay una permisividad o un acceso mayor ahora que antes?

Con lo que estoy escandalizada es con que se pueda permitir que se publiquen esas fotos de anuncios de prostitución en los periódicos, a gran tamaño y a color. Los menores tienen acceso a ellas. Hay que tener mucho cuidado con la publicidad. Y en ese sentido también me refiero a los futbolistas que salen promocionando juegos "on line", porque la ludopatía es otro problema grave que también salió en la investigación. Menores que por un problema de ludopatía se juegan hasta la beca apostando por internet en juegos de este tipo. Es terrible. El tema de la publicidad hace mucho daño. Estamos en el siglo XXI y hay una laxitud con lo que antiguamente no se tenía acceso hasta los 18 años. Las nuevas tecnologías son buenas, pero los mayores tenemos la responsabilidad de promover un uso responsable entre los menores. El móvil es una ventana al mundo, pero también puede permitir que un menor vea todo lo que no es para él.

La ludopatía está afectando hasta el punto de que las administraciones sanitarias están empezando a considerarlo una adicción como otra droga "tradicional".

El problema no es la tecnología, sino el uso. Las nuevas tecnologías cada vez forman más parte de nuestra vida, pero tenemos que hacer un buen uso. Tu ves a niños muy pequeños ya con su móvil y si no tienen instrucciones, al final ¿qué tienen en las manos? De todo.

¿Qué capacidad de actuación tiene la Dirección General de Infancia y qué depende de otras áreas?

Una de las primeras cosas que hicimos cuando llegamos al cargo fue crear la Comisión Interadministrativa. Yo soy la responsable de los 359.000 menores, pero senté en esa mesa a educación, Sanidad, Justicia y Juventud, y ahora se tienen que sentar juntas tres veces al año, porque los menores hay que trabajarlos de una manera transversal.

Hay datos de otras áreas que dan pistas a su Consejería de que el menor puede estar en riesgo. Por ejemplo, si es absentista, si no acude a las revisiones pediátricas o no se vacuna?

Claro. Eso ya lo estamos haciendo. La Dirección General destina 5,5 millones a los 88 municipios de Canarias para que trabajen la protección con las familias que pueden estar en riesgo. Cuando un niño es absentista, la alarma también salta en el ayuntamiento, a través del trabajador social. El trabajo y la responsabilidad de los menores tiene que ser de todos. Es verdad que de los 359.000 hay poquitos que estén bajo la tutela de la Administración. Ahora hay unos 1.500, pero no debería haber ninguno.

Esa cifra se mantiene más o menos estable durante los últimos años. ¿No se puede reducir?

Sí, tenemos que trabajar conjuntamente entre todas las administraciones para rebajarlo. Tenemos programas, por ejemplo, que funcionan muy bien, como es el programa de acogimiento, que sale muy bien en el diagnóstico hecho por los expertos sobre la infancia en Canarias. Nuestras residencias están muy bien, pero a nadie se le escapa que los menores siempre están mejor con una familia, por eso fomentamos el acogimiento familiar durante dos años. Muchas personas que se lo plantean tienen miedo a la despedida porque reciben mucho; la experiencia es muy gratificante. Ojalá sigamos incrementando el número de personas en el banco de familias acogentes. Estamos trabajando en todas las islas para que haya cada vez más acogentes. En la actualidad tenemos 194.

"Acoger no es la puerta para una adopción"

La directora recuerda que el acogimiento familiar "no es la puerta de entrada para una adopción". Se trata de familias que durante un tiempo máximo de dos años, salvo excepciones, acogen en su casa a un menor que está bajo la tutela de la administración, es decir, un menor que no cuenta con una familia -directa o extensa (familiares)- que pueda hacerse cargo de él. La Consejería "prepara" a las familias para que estén listas para llevar a cabo el acogimiento. "Tienen que saber que en ningún caso el objetivo final es una adopción", advierte Morales, que agradece y valora la labor desinteresada que realizan esas familias. "Están haciendo una labor gratuita y un bien al menor durante un tiempo determinado", destaca la directora general.

Repunte de embarazos entre adolescentes

Canarias ha registrado en los últimos tres años un ligero aumento de los embarazos adolescentes, una tendencia que había ido diminuyendo desde que empezó la crisis, cuando el Archipiélago concentraba el 10% de los casos de toda España. Estos datos fueron expuestos en la presentación del informe sobre infancia y familia. La rebaja en el uso de anticonceptivos llama la atención de la directora general." Se ha disminuido en un 55,1% el número de nacimientos de madres menores de 18 años, pasando de los 243 en 2007 a los 110 en 2015. Sin embargo, en los tres últimos años (desde el 2014) se observa una tendencia al alza de los embarazos de adolescentes (120 en 2016)", señala el informe elaborado por la catedrática de la ULL.