Las decenas de simpatizantes y militantes del PP que esperaban a Pablo Casado -uno de los seis candidatos a dirigir el partido- en el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife no le tuvieron en cuenta los 45 minutos de retraso -consecuencia de la rotura de una rueda del avión que lo traía de Madrid- con los que se presentó a la cita. Recibido con aplausos y voces de "presidente, presidente", el joven político popular expuso, en un rápido encuentro, sus planes para la "renovación tranquila" de la formación conservadora, para la que cree imprescindible evitar un "choque de trenes" en el proceso de elección del nuevo presidente y "converger en una candidatura común".

Casado se mostró ambicioso. "El PP tiene que volver a ser el partido de los once millones de votos. No me conformo con los ocho que tenemos ni mucho menos con los cinco que nos dan las encuestas", dijo. Para ello, advirtió, es necesario introducir cambios en el proyecto. "¿Queremos que todo siga igual o queremos un cambio?", se preguntó.

La renovación que se propone el vicesecretario de Comunicación del PP "no tiene edad" -no consiste en un relevo generacional- y se dirige a recuperar los votos que se han ido a Ciudadanos o que han engrosado las filas de la abstención. "Hay que captar talento fuera, abrir el partido a la sociedad, abrir puertas y ventanas", reclamó Casado.

El candidato -que se encuentra entre los mejor situados junto a Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores Cospedal- garantizó su "compromiso con Canarias" y su intención de, si es elegido, mantener un contacto continuo con los diferentes territorios del país para saber "qué necesitan". Se refirió a la reforma del REF y a la importancia de "continuar con las ayudas al transporte" y destacó la labor del presidente regional del partido, Asier Antona. "Cuenta con todo mi apoyo. Canarias se merece un presidente como él", aseguró.

Tras el encuentro con los militantes y simpatizantes, Casado atendió a los medios de comunicación, ante los que insistió en la necesidad de que el proceso iniciado para renovar la presidencia tras la marcha de Mariano Rajoy no genere fracturas en el partido.

Se ofreció, en este sentido, a "coser" la formación y evitó polemizar con otros candidatos, caso del exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo, que ha dicho ser el único aspirante que se encuentra "fuera del sistema". "No voy a perder ni un minuto más en mirarnos al ombligo", sentenció.

También tuvo tiempo Pablo Casado para censurar con dureza las primeras decisiones del nuevo gobierno socialista, a cuyo presidente, Pedro Sánchez, acusó de "fracturar la sociedad". A su juicio, el nuevo jefe del Ejecutivo -que ha accedido al Gobierno de forma "injusta", señaló- se ha apoyado en "independentistas, batasunos y podemitas". En este sentido, apuntó que no permitirá cesiones al "chantaje" independentista y se mostró radicalmente en contra del acercamiento de presos de ETA a cárceles del País Vasco por "respeto" a las víctimas de la banda terrorista.