Seis de los ocho inquilinos de la Casa de los Catedráticos han interpuesto un recurso contra la decisión de la Universidad de "desalojarlos" de este inmueble. El centro académico quiere recuperar una residencia que fue concebida para un uso que no es el actual.

El inmueble está en un solar anexo al Parque Javier Fernández Quesada que fue cedido por el Cabildo de Tenerife a la Universidad en 1966 para construir viviendas para funcionarios del entonces Ministerio de Educación Nacional. En la actualidad, es usada por sus herederos.

La gerente de la ULL, Lidia Pereira, explicó hace unos meses al Consejo de Gobierno de la institución que se ha revisado la relación jurídica del centro académico con las personas que están disfrutando del inmueble a día de hoy, y que corresponde al ámbito del derecho privado a través del contrato de arrendamiento.

El Consejo Social refrendó posteriormente la decisión de este órgano y el centro inició el procedimiento. En su transcurso, constató que tan solo ocho personas ocupan los inmuebles y la mayoría son herederos.

La recuperación del edificio por parte de la universidad se demorará, no solo por los recursos, sino porque la ley de arrendamiento establece unos plazos, por lo que los usuarios dispondrían de un año antes del desalojo, con la posibilidad de que se reduzca en algunos casos a seis meses.