El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, ha animado a los dirigentes políticos a tomar decisiones "valientes" respecto al alquiler vacacional, como ya se ha hecho en otras comunidades como Baleares, pues considera que se trata de un fenómeno social qu podría generar problemas de seguridad y que se está convirtiendo en un asunto "incontrolable".

En el VII Encuentro Anual con Medios de Comunicación, Jorge Marichal abogó por controlar esta actividad para que sea una experiencia que ayude al destino turístico Islas Canarias a seguir manteniendo el nivel de excelencia que lleva buscando desde hace cuarenta años, pues "esto no podemos romperlo en dos años para favorecer a los grandes grupos de inversión y a los bancos, pues más del 40% de los propietarios son fondos de inversión o empresas que tienen entre cinco y diez viviendas en su portafolio".

Jorge Marichal indicó que esta oferta turística es un fenómeno que ha "explotado" en los últimos años y que ha llevado a que Canarias tenga 125.000 camas de alquiler vacacional, más de 32.000 viviendas, lo que representa el 25% del total de la planta alojativa, siendo Tenerife la isla más afectada por esta oferta turística, con 12.500 viviendas publicadas, unas 52.000 camas, aunque sólo el 11% están dadas de alta.

De hecho, contó que el Cabildo de Tenerife está registrando unas 500 solicitudes al mes para registrar viviendas vacacionales, por lo que si se tiene en cuenta que cada una de esas viviendas cuenta con dos o tres camas de media, eso supone que prácticamente cada mes se esté metiendo en la isla un hotel nuevo y sin empleados.

Marichal quiso dejar claro que no se oponen al alquiler vacacional, pues "ha existido siempre", pero sí critica que haya un decreto en vigor que no se está aplicando y que pueda ocurrir lo mismo con el borrador que finalmente se apruebe en el Parlamento de Canarias.

Según Ashotel, otro problema del alquiler vacacional es que está afectando al territorio, por ejemplo al sur de Tenerife, donde ahora mismo no hay ninguna parcela residencial para poder desarrollar y los precios se están multiplicando por dos, lo que quiere decir que para hacer una casa de 70 m2, solo el solar cuesta unos 80.000 euros, lo que puede provocar que los propios canarios no puedan comprar una vivienda, advirtió el presidente de Ashote.

Desde la patronal afirman que Canarias parte de un modelo para el conjunto de las islas que es la separación de usos a la hora de planificar la actividad turística, el cual ha sido un modelo de éxito en el caso de Tenerife. Por tanto, consideran que modificar ahora esa situación "puede generar más problemas que soluciones".

La asociación también valora que el nuevo borrador de decreto otorgue a cabildos y ayuntamientos la capacidad de decidir, en tanto en cuanto no existe un modelo único turístico en Canarias y no quieren que se impongan el de otras islas. Y además, consideran que formatos como las villas son un producto "perfecto" para el alquiler vacacional, pues aporta valor al destino y no genera competencias desleales ni afecta al modelo de vivienda social o para trabajadores.

Para Ashotel, el alquiler vacacional es ahora mismo una actividad "incontrolable", pues si los once inspectores que hay a pie de calle no han podido controlar las unidades ilegales que existen dentro de los complejos legales, mucho menos van a poder controlar 120.000 camas adicionales. Por ello, Ashotel pide que se refuerce la labor inspectora y apela a la responsabilidad solidaria de las plataformas y que se les exija que publiquen viviendas que tienen un número de registro.

Respecto a las comunidades de propietarios, la asociación entiende que la redacción del vigente decreto es un "poco tramposo" porque la mayor parte de los estatutos de las comunidades de vecinos no hacen mención al alquiler vacacional, por lo que Ashotel considera que lo lógico sería que se reúnan los propietarios para decidir si quieren o no este tipo de oferta en sus edificios.

El borrador incorpora que no hay restricción de tipo de suelo en las llamadas ''islas verdes''. Para la patronal hotelera, esto es un "golpe en la línea de flotación" de la planta alojativa extrahotelera porque si se permite cualquier tipo de suelo podrán "pasarlo mal".