La consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno regional, Cristina Valido, inauguró hoy en Ciudad Jardín (Las Palmas de Gran Canaria) el primer piso de tránsito para menores y con trastornos de conducta en Canarias.

Un comunicado de la Consejería destaca que este nuevo recurso convivencial prepara a los menores con una medida de protección y declarados en desamparo a tener una vida normalizada después de su alta clínica en el Centro Residencial Juan Carlos I, en donde se tratan de forma integral este tipo de psicopatías.

En el piso de tránsito se les prepara para tener una vida más independiente, con el apoyo de un equipo especializado en atención psicosocial y educativa que les ayuda en su proceso de reintegración social.

Valido destacó que es un recurso intermedio para menores de ambos sexos declarados en desamparo con trastorno de conducta o problemas de comportamiento y que, por esos motivos. "primero deben estar en un recurso cerrado en el que se hace un trabajo muy importante con ellos para que puedan volver a un hogar normalizado en un entorno con total integración.”

“Lo que estamos tratando de hacer es cubrir el espacio que va entre un centro y otro, ya que no se puede pasar de tener a los menores en un régimen de control estricto con un trabajo muy intenso a un hogar normalizado sin esa vigilancia, porque puede generar problemas en la red normalizada de menores en protección”, agregó la consejera.

Cristina Valido insistió en que “este nuevo recurso es un paso intermedio con unas disciplinas y pautas de conducta que permita que vuelvan a la red en una situación de poco riesgo y mayor control”.

La Consejería apunta que en Canarias se estima que alrededor de 250 menores en protección pueden tener algún tipo de trastorno de conducta, relacionado, entre otros problemas, con su situación familiar, problemas emocionales o consumo de sustancias tóxicas.

Sin embargo, según apuntó Valido, “los niños y niñas que pueden ser ingresados en estos recursos son aquellos con trastornos de conducta graves, y resalto lo de grave, porque requieren intervención más profunda e integral con respuesta psiquiátrica”.

Durante 2017 un total de 21 menores en protección fueron diagnosticados con trastorno de conducta graves y todos fueron ingresados en los recursos que el Gobierno dispone para ello.

El Servicio de Atención a Menores con Problemas de Trastornos de Conducta está diseñados para ofrecer una atención concreta a cada caso de forma individualizada según las necesidades presentadas, destaca la nota, que añade que se cuenta con tres programas de intervención: Centro de Día, Centro Residencial y Piso de Tránsito.

El Centro de Día, con cinco plazas, ofrece atención tanto al menor como a la familia e implica intervención especializada, desde un equipo interdisciplinar que comprende atención psicológica, trabajo social y educativo como equipo base, con apoyos psiquiátricos puntuales y temporalidad predeterminada.

Por su parte, el Centro Residencial Juan Carlos I cuenta con catorce plazas y contiene intervención terapéutica interdisciplinar que comprende atención educativa, psicológica, psiquiátrica e intervención sociofamiliar, y el alta clínica dependerá de la consecución de los objetivos presentes en el programa terapéutico individualizado.

El acogimiento en el centro se realiza solo cuando no es posible la intervención a través de otras medidas de protección y tiene como fin proporcionar al menor un marco adecuado para su educación, la normalización de su conducta, su reintegración familiar -cuando sea posible-, y el libre y armónico desarrollo de su personalidad, en un contexto estructurado y con programas específicos en el marco de un proyecto educativo.

El tercer programa, el piso de tránsito que hoy ha quedado inaugurado, tiene una capacidad de cuatro 4 plazas.