Las series de televisión viven su edad dorada. Han conseguido mantener la complejidad argumental de la literatura durante un periodo largo de tiempo y, al mismo tiempo, "enganchar" a millones de ciudadanos de todo el planeta. Las tramas son variadas, pero muchas de ellas han encontrado un nexo común que explotar: los grandes debates filosóficos de nuestro tiempo. La robotización y la llegada de la conciencia artificial afectarán -ya lo están haciendo- a las relaciones personales y a la política, a lo que entendemos por intimidad, por democracia y hasta por ser humano. ¿Habrían triunfado tanto las series si la humanidad no viera la posibilidad de enfrentar en la práctica muchos de los dilemas sobre los que la filosofía solo había teorizado? ¿Las series son las estructuras narrativas que mejor cuentan este momento histórico?

El éxito de las series ya no se mide por el número de personas que se sientan en el sofá a una hora pactada para ver un nuevo capítulo, sino por las visualizaciones a la carta. Y los seguidores de creaciones como "Westworld" (basada en la película del mismo nombre, de 1973) o "Black Mirror" -y también de otras que no están construidas sobre la ciencia ficción, como "The Good Fight"- demuestran que existe un entusiasmo por repensar el mundo en el que vivimos. Si todavía hablásemos de "prime time", las series que plantean conflictos morales tendrían las de ganar.

Para abordar este fenómeno, alumnos de la sección de Filosofía de la Universidad de La Laguna han impulsado, con estudiantes de otras áreas, el primer taller de series del centro, que se inaugura hoy y que es de acceso libre dentro y fuera de la comunidad universitaria. Una comisión en la que participan estudiantes y alumnos irá decidiendo las series que se analizan, pero siempre se tratará de producciones que estén llegando al gran público. El reto es que el proyecto se mantenga indefinidamente en el calendario.

En la primera sesión, el catedrático de Filosofía Manuel Liz se encargará de abordar las implicaciones filosóficas de "Westworld", un "thriller" de ciencia ficción basado en la obra de Michael Crichton. "El tema de estas películas y de las series es la inteligencia artificial, algo importantísimo hoy tanto para la ciencia como para la filosofía".

La idea es "reflexionar sobre la creación de mentes artificiales". Esta posibilidad, que antes parecía más ficción que ciencia, ya tiene fecha de nacimiento. Los expertos calculan que en 2040 podría ser realidad. "Es un tema tan sensible que en 2016 se creó en la Universidad de Cambridge, con apoyo de otras, como la de Oxford, un centro dedicado a estudiar el posible advenimiento real de una inteligencia artificial". La institución fue inaugurada por Stephen Hawking, que "dio un discurso de apertura que parecía más sacado de un libro de ciencia ficción que de un científico", recuerda.

Para explicar la necesidad que tenemos de reflexionar en torno a estos temas, el profesor también pone como ejemplo al fundador de Tesla o PayPal, Elon Musk, que ha dicho que la inteligencia artificial está empezando a ser ya más peligrosa que las armas nucleares y que hay que establecer una regulación de las investigaciones en torno a ella. "No hablamos de un futuro lejano, sino que está a la vuelta de la esquina". Sin embargo, estos asuntos, a juicio del docente, están siendo abordados con poca intensidad en España.

Las series de televisión "están consiguiendo algo nuevo: igual que en el pasado ocurrió con la literatura y más tarde con el cine, hoy las reflexiones han pasado al campo de las series". En muchas de las nuevas producciones se ve un cambio: hay menos protagonistas únicos y un abanico mayor de personajes con peso en la historia, lo que demuestra, también, la importancia que tienen hoy los discursos corales -los distintos puntos de vista- en las series que elegimos ver y que, en definitiva, cuentan quiénes somos.