Miles de personas se manifiestan esta tarde por las calles de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife como colofón a una jornada de huelga por el Día de la Mujer que los convocantes califican de "histórica", por las adhesiones que ha recibido.

En la capital grancanaria, la marcha ha partido desde el parque de San Telmo con destino a la plaza de Santa Ana, donde desde esta mañana ondea en las Casas Consistoriales de la ciudad la bandera feminista, en un gesto de apoyo de la corporación a las reivindicaciones de igualad que mueven esta protesta en toda España.

La manifestación de Las Palmas de Gran Canaria ha arrancado con un ambiente festivo, con música de batucada y con una masiva presencia de mujeres con camisetas moradas, agrupadas tras la pancartas como "Si todas paramos, se para el mundo", portada por la Red Feminista, o "Vivas, libres y unidas por la igualad".

En Santa Cruz, miles de personas marchan por el centro de la ciudad desde la plaza de Weyler hasta la de La Candelaria, encabezadas por mujeres de la Plataforma 8-M Tenerife.

Una de sus integrantes, Begoña Barras, ha destacado que a lo largo de toda la jornada "se están superando las expectativas" sobre seguimiento de la huelga y de las distintas protestas convocadas en varios puntos de la isla, que ha sido "masivo" desde que arrancaron a con una cacerolada matinal en las calles de La Laguna.

Como en la capital tinerfeña, la convocatoria de la manifestación en Las Palmas de Gran Canaria ha partido de una organización social, la Red Feminista, aunque haya sido apoyada por sindicatos y partidos políticos de diferente signo.

Una de sus portavoces, Nayra Marrero, ha defendido que este 8 de marzo de 2018 claramente va a marcar "un antes y un después" en las reivindicaciones de las mujeres para el trato que reciben sea realmente igual al de los hombres en todos los ámbitos de la vida.

"Este 8 de marzo no es un día para que nos regalen flores, es una jornada de lucha", ha defendido Marrero.

En las dos manifestaciones, han participado cargos públicos de diversos partidos y algunas referentes históricas del movimiento feminista en las islas, como la exdiputada tinerfeña Dolores Pelayo, que fue ponente al inicio de la democracia en el Congreso de la reforma del Código Civil que igualó a hombres y mujeres en derechos en múltiples ámbitos, entre ellos las herencias, y también intervino en hitos simbólicos, como la abolición del delito de adulterio.

En la jornada de hoy, han sido varias las mujeres con cargo institucional que han hecho huelga en solidaridad con el llamamiento del 8-M, entre ellas, las cuatro consejeras del Gobierno de Canarias, diputadas nacionales y autonómicas, numerosas consejeras insulares y múltiples concejalas de diferentes partidos.

Sin embargo, en ambas ciudades el protagonismo de las manifestaciones ha sido para las mujeres de a pie, como Tania, una tinerfeña que ha llevado a su hija el día en el que la niña cumple nueve años a la marcha feminista del 8 de marzo.

"La traigo el día de su cumpleaños porque para mí es una labor pedagógica mostrarle cómo las mujeres defienden sus derechos", ha explicado esta madre tinerfeña, convencida de que "lo contrario del feminismo es la ignorancia y el machismo".

O como Vanessa, una madre soltera que esta mañana llevó a la cacerolada de Santa Cruz de Tenerife a su hija, para que darle "ejemplo" de cómo se reivindica la igualad.

O Anabel, que marchaba con su sobrina de cuatro años para exigir igualdad no solo en el trabajo y en la vida pública, sino también el ámbito familiar, donde las mujeres siguen asumiendo más cargas.

También ha habido en las manifestaciones muchos hombres que comparten las demandas del 8-M, como Juan Pablo, un médico que da fe de que, en algunas profesiones particularmente feminizadas (y duras), como la de camarera de piso, las trabajadoras enferman y se resisten a coger la baja, por temor a que las echen.

Antes de las manifestaciones, los sindicatos UGT y CCOO, que abogaban por los paros parciales de dos horas, y STEC e Intersindical, que promovieron la huelga de jornada completa, han coincido en calificar de "histórica" la repercusión de este 8-M.

Los sindicatos sostienen que la adhesión a las huelgas ha sido mayoritaria, aunque con porcentajes dispares, que van desde el 100 % en algunas empresas del sector agrícola, hasta el 60 % entre el personal de la sanidad pública o el 45 % entre los docentes.