Cada vez hay más padres a tiempo completo. La brecha que ha existido tradicionalmente entre el número de prestaciones por maternidad y el de paternidad se ha acortado significativamente en los últimos años. En Canarias, durante 2017 solicitaron este permiso 9.404 madres, frente a 7.990 padres. Diez años antes, en 2007, lo hicieron 13.308 madres y 6.507 padres.

Estos datos, facilitados por el Instituto Canario de Estadística (Istac), ponen de manifiesto un cambio de tendencia, auspiciado, en gran medida, por las reformas impulsadas a partir de la aprobación de la Ley para la Igualdad de Hombres y Mujeres, de 2007, que implicaron mejoras en las condiciones de las prestaciones para los varones.

Antes de 2007, los padres solo podían disfrutar de un permiso remunerado si sus parejas les cedían una parte del permiso de maternidad.

En las Islas, igual que en gran parte del mundo desarrollado, los nacimientos se han reducido y los permisos por maternidad han caído, pero se observa una tendencia a la convergencia, igual que en el resto del país. En la actualidad, la mayoría de padres y madres utiliza permisos para cuidar a sus hijos durante sus primeros meses de vida.

Pero al igual que ocurre en otros países europeos, los permisos que compensan el salario durante su disfrute (paternidad y maternidad) son utilizados por la gran mayoría de trabajadores, mientras que aquellos sin remuneración (excedencias y reducciones de jornada) tienen un uso minoritario y eminentemente femenino. Es decir, en los permisos retribuidos no hay grandes diferencias de género. Los expertos sostienen que el permiso de paternidad, además de repartir el cuidado de los hijos y contribuir a la igualdad, tiene un efecto directo sobre el menor. Los padres que solicitan estos permisos se involucran más en la educación de sus hijos, según un estudio del Observatorio Social de La Caixa, lo que contribuye, además, a luchar contra la desigualdad de género desde la cuna.

La Ley para la Igualdad de 2007 incluyó por primera vez un permiso de paternidad en España. En 2009 se estableció que esta prestación debía ampliarse a 4 semanas, un objetivo que no se logró hasta seis años después. Este año estaba previsto que se ampliara a 5 semanas, pero la medida quedó en suspenso hasta que haya Presupuestos Generales del Estado.

Los permisos sin retribución siguen discriminando a las mujeres y lastrando su progreso profesional. Casi nueve de cada diez excedencias para el cuidado de los hijos son solicitadas por ellas Y esta tendencia se repite, aunque en menor medida, cuando hablamos del cuidado de familiares. Esos permisos, que según datos del INE son más demandados por mujeres de mediana edad con hijos, sí tienen un efecto claro en la brecha salarial entre géneros.

Además, el perfil del demandante de este tipo de prestación desvela otra realidad. Los padres con niveles de estudios elevados suelen conseguir puestos de trabajo estables y con mejores salarios, lo que les que permite sufragar más fácilmente el coste de oportunidad que supone el disfrute de un permiso sin remuneración. Además, la precarización supone un freno para ejercer el derecho a aprovechar los permisos laborales para el cuidado de sus hijos.