El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, Narvay Quintero, comprobó en el pleno de ayer el hondo malestar, que raya más bien en la indignación, de la mayoría de los grupos sobre cómo ha quedado Canarias en la negociación de la cuota del atún rojo. Aunque optó por la prudencia, el propio Quintero dejó claro que la ampliación de las toneladas para España no beneficia a las Islas y que resulta inaceptable, pero su moderación, aunque entendida por Belén Allende, contrastó con las duras criticas de su compañera herreña en CC, que se mostró muy dura durante su pregunta.

Más tarde, Casimiro Curbelo (ASG) afirmó que los pescadores se sienten engañados, mientras que Concepción Monzón (Podemos) extendió el enojo y temor a otros ámbitos del sector primario por los "incumplimientos" de los compromisos del Estado. Luego, Antonio Castro (CC) trajo a debate la nueva Política Agraria Común y los partidos coincidieron en los riesgos (y algunos beneficios) que supondrá para las Islas, lo que obliga a la máxima unión.