La consejera regional de Servicios Sociales, Cristina Valido, anunció en el último pleno regional que el Consejo de Gobierno de mañana o, en su defecto, el de la próxima semana, se aprobará el plan plurianual para la creación o mejora de diversos centros sociosanitarios en las distintas islas. Unos equipamientos que aportarán 4.460 nuevas plazas y que paliarán en buena parte la creciente demanda y las enormes dificultades, cuando no imposibilidad, con las que se topan las familias isleñas para encontrar un lugar adecuado para algún miembro que lo requiere, especialmente en las islas menores.

Se trata del segundo plan de este tipo que se desarrollará en la Comunidad y surge tras el acuerdo alcanzado con los siete cabildos el pasado mes de junio en una reunión de la Fecai, toda vez que las competencias las delegó en su día el Gobierno canario a las administraciones insulares. Hasta septiembre, y por el periodo vacacional, la consejería de Valido no había podido cerrar con los cabildos las cantidades a repartir en el presente ejercicio, en 2018 y 2019, si bien podría un cuarto año para concluir los trabajos. Según explicó ante una pregunta de Casimiro Curbelo (ASG), las distintas administraciones insulares no tienen la misma capacidad de ejecución presupuestaria ni de obras, con lo que se ha tenido que adaptar el reparto a esos ritmos en un documento que ya se ha concluido.

Una vez aprobado por el Consejo, solo quedará la firma de los respectivos convenios con los siete cabildos para empezar los trabajos. En total, este programa prevé una inversión de 256 millones de euros para cerrar plazas para mayores y personas con discapacidad.

De esa cantidad, la Comunidad aportará, en principio, 161,1 millones, de los que 45,5 salen del crédito extraordinario aprobado este verano para 2017. Los cabildos completarán la inversión, si bien confían en una cuarta anualidad y alguna adenda o complemento para cualquier reajuste necesario del programa.

El plan se suma al desarrollado hace 15 años, pero obedece, sobre todo, al creciente envejecimiento de la población canaria de 65 a 80 años, aún mayor que la media española, país que, de por sí, es el segundo más longevo del mundo tras Japón.

En El Hierro, se prevé la mejora de tres residencias para ampliar el número de plazas, mientras que en La Gomera y Lanzarote se habilitarán 130 nuevas de alto requerimiento en cada una de ellas. En la isla conejera, se agilizará el equipamiento ya levantado en el municipio de Teguise, pero que requería de más fondos.

No obstante, será en La Palma donde sí se creen dos nuevos centros para 300 usuarios en cada uno de ellos, aparte de reformar los existentes. Y lo mismo en Fuerteventura, donde se repetirá esa previsión, mientras que, en Tenerife y Gran Canaria, el documento prevé mejorar los centros actuales hasta incrementar las plazas existentes en 1.500 en cada una de las islas.

Falta de plazas en las cinco islas menores

Durante el último pleno, Valido explicó que, aparte de La Palma, La Gomera y El Hierro, islas que sufren desde hace años graves dificultades o, simplemente, la imposibilidad de que las familias hallen plazas, esta situación ya se ha extendido a Lanzarote y Fuerteventura, y no solo en cuanto a servicios públicos, sino privados. Esto ha obligado a muchas de ellas a buscar centros en Gran Canaria y Tenerife, con los consiguientes perjuicios por la lejanía, la separación permanente de las parejas (muchas de ellas también de elevada edad) y de los familiares más cercanos, así como el coste de cualquier visita. Además, y según alertó Curbelo en la sesión plenaria, ocupan en algunos casos plazas en centros hospitalarios que deberían dedicarse a situaciones de urgencias o de atención por problemas de salud, no por dependencia o longevidad.

Envejecimiento: La Palma, La Gomera y El Hierro

Curbelo también recordó en el pleno que La Palma, La Gomera y El Hierro presentan desde hace años la población más envejecida de Canarias, con un 22, 21 y 20% de los residentes con más de 65 años. Esto hace más perentorio el segundo plan en esas islas, que llevan más tiempo topándose con la falta de plazas y viendo cómo muchos de sus mayores tienen que desplazarse a Tenerife para ser acogidos en un centro especializado o en hospitales. La situación del envejecimiento en Canarias no solo preocupa por esto, sino por el mayor gasto farmacéutico y uso de la sanidad por una población que lo requiere mucho más y por las ínfimas pensiones, sobre todo las no contributivas.