Una vez acaba su vida útil, el medicamento también puede ser reciclado, tanto en su envase como en el propio fármaco. Tanto en Canarias como en el resto de España, esto se hace gracias a los puntos Sigre, unas papeleras de reciclaje especiales ubicadas en las farmacias. Esta iniciativa, impulsada hace quince años, ha conseguido que el 93% de los canarios haya tomado conciencia de que desprenderse inadecuadamente de estos residuos puede ser perjudicial para la naturaleza. Asimismo, el 85% de las familias canarias reciclan en alguno de los 680 puntos Sigre existentes en las Islas.

El director general de Sigre, Juan Carlos Mampaso, aseguró que "antes la alternativa era tirarlo a la basura o al desagüe". Lo hizo tras una rueda de prensa de presentación de la campaña "Tu mano también cuenta", en la que también estuvieron presentes la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, Nieves Lady Barreto, acompañada de la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Pérez, y el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Schwartz,

En el caso del desagüe "había mucha costumbre", según afirmó Mampaso. Esto llevó a encontrar pequeñas partes por millón de los fármacos en el agua, pues el medicamento había pasado a la red de saneamiento sin que las depuradoras estuvieran diseñadas para filtrarlos.

Pero los puntos Sigre no solo ayudan a cuidar del medio ambiente, también hacen que las personas sean más respetuosas a la hora de consumir un fármaco. "Un medicamento bien utilizado es muy bueno, el problema surge cuando empiezas a automedicarte o lo utilizas cuando está caducado", incidió el director general. De hecho, se estima que un 10% de los ingresos en urgencias se deben al mal uso de los medicamentos.

Los residuos, una vez recogidos, se separan entre envases y medicamentos. Los envases, es decir, el papel, cartón, el plástico y el vidrio, se descontaminan y reciclan posteriormente. Los medicamentos, por su parte, se deben eliminar completamente, al contrario de la extendida creencia de que se reutilizan. Para ello, se aprovechan "sus características químicas caloríficas" para usarlos como combustible en instalaciones industriales dedicadas a la fabricación de cemento. "El gran alzamiento de las temperaturas -de hasta 2.000 grados centígrados- elimina todo el componente químico del medicamento a la vez que se evita utilizar combustibles fósiles", incidió el presidente.