El Servicio Canario de Salud (SCS) deberá pagar 60.000 euros a los herederos de un paciente que falleció tras someterse a una operación de vesícula biliar, por no haber detectado una complicación posterior a la intervención: una peritonitis que acabó derivando en un fallo multiorgánico.

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Las Palmas de Gran Canaria no pone ninguna pega en su sentencia a la operación que se realizó al afectado en la sanidad publica en octubre de 1999, pero sí observa una responsabilidad "por pérdida de oportunidad" en el trato que se le prestó en las semanas siguientes, cuando el paciente se quejaba de dolores abdominales.

El fallo recuerda que el propio Consejo Consultivo de Canarias cuestiona que se diera el alta a ese paciente a pesar del dolor abdominal que decía padecer tras la operación de vesícula.

"Aún menos se justifica que durante tales días no se haya sospechado de una patología más allá de una gastroenteritis o de un postoperatorio normal, sea la peritonitis que luego se confirmó u otra, ni se haya realizado prueba alguna para descartar aquella u otras patologías, ni si quiera tras llegar el paciente por urgencias seis horas después de recibir el alta", añade la juez, citando el informe del Consejo Consultivo sobre lo ocurrido en este caso.

De hecho, subraya, pasó casi una semana desde que le operaron por primera vez hasta que los médicos decidieron hacerle una ecografía abdominal para averiguar a qué se debían sus dolores.

Para el Juzgado, ese tratamiento posterior a la operación supuso "una pérdida de oportunidad" para el paciente, que convierte al SCS en responsable patrimonial de su muerte, por lo que le condena a indemnizar con 60.000 euros a su familia, defendida por el letrado Javier Navarro.