El inicio de la línea marítima entre Los Cristianos y La Gomera con el ferry "Benchijigua" cumplió el pasado 8 de julio su 43 aniversario. La celebración tiene lugar justo cuando la conexión experimentará un impulso decidido gracias al aumento de las bonificaciones para residentes, que pasan del anterior 50% al 75%. En concreto, Fred Olsen calcula que las nuevas rebajas en los precios del billete supondrán un incremento del 30% de pasajeros en los meses del verano. Un dato positivo que se suma a la cadena sucesiva de éxitos que ha registrado esta iniciativa desde que se puso en marcha hace ya casi medio siglo.

Porque lo cierto es que durante estos años la conexión marítima con el sur de Tenerife se ha convertido en un auténtico hilo umbilical que ha unido a la Isla con el resto del mundo. Desde aquel entonces todo ha cambiado y se sentaron las bases que en gran parte explican el desarrollo que experimenta hoy la Isla.

El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, recuerda que hasta aquella histórica fecha de 1974 los viajes por mar tardaban hasta catorce horas. Solo a partir de entonces es cuando se puede decir que la Isla salió de su aislamiento y por consiguiente se dio un paso decisivo en su desarrollo económico y social. "Hay que recordar que en aquellos tiempos ni siquiera había aeropuerto, con lo cual el hito tuvo aún más trascendencia: cualquier territorio precisa de conectarse con el exterior para poder avanzar y así ocurrió. Desde 1974 La Gomera ha vivido un crecimiento continuo, sostenido y equilibrado y este medio de transporte se convirtió en esencial".

Para Curbelo no sería descabellado decir que las nuevas bonificaciones suponen el segundo gran impulso en el transporte marítimo, extensible para el resto de Canarias, a la hora de garantizar la igualdad de oportunidades.

Aquel 8 de julio de 1974 realizó su primer viaje el ferry "Benchijigua" y a partir de entonces nada volvió a ser lo mismo para un enclave que hasta entonces había estado condenado al aislamiento. El éxito de la línea fue tal que en estos momentos está considerada una de las de mayor importancia de todo el país, con un volumen de pasajeros inédito en el resto de las conexiones marítimas.

La iniciativa corrió a cargo de la compañía Fred Olsen, aunque también jugaron un papel destacado los empresarios tinerfeños Álvaro Rodríguez López-Braun, Cándido Luis García Sanjuán y Antonio Carballo Hernández. El periodista Juan Carlos Díaz Lorenzo recuerda que el buque fue construido en Noruega y llegó a las islas acogiéndose a las ventajas del REF aprobado en 1972. Tenía capacidad para 400 pasajeros y 50 vehículos. El periodista recuerda que en aquel entonces se llevaban a cabo tres salidas diarias, el viaje duraba hora y media y el billete apenas costaba 1,50 euros para los pasajeros y 3 para los coches. Subraya que transcurrido casi medio siglo, "el desarrollo logrado ha sido espectacular. Lo saben muy bien los gomeros, tras las penurias que habían sufrido en el pasado reciente. La prolongación de la autopista del sur, como se dio en llamar desde entonces, ha catapultado el protagonismo de La Gomera hasta límites entonces insospechados".

A nadie se le esconde que en la actualidad Benchijigua es un nombre que se ha convertido en icónico en la historia marítima de Canarias. No por casualidad es la denominación que han tenido un total de tres ferries y dos fast-ferries, de los que el actual es el mayor del mundo en su clase. Aparte han existido otros dos catamaranes con el nombre de "Benchi-Express". El segundo se espera que llegue a La Gomera en el mes de agosto y servirá para retomar la línea marítima del sur de la Isla que unirá los municipios de San Sebastián, Playa de Santiago y Valle Gran Rey. Una petición que ha sido enarbolada desde que fue suprimida la línea hace ya varios años y que en breve se hará realidad.

José Fernando Salvador trabajó durante muchos años como práctico de atraques en el muelle de La Gomera. Fue el responsable de organizar la maniobra de la llegada del primer ferry, aquel 8 de julio de 1974. En realidad este puesto correspondía a otra persona pero como no tenía demasiada experiencia en este tipo de maniobras al final asumió él las tareas.

Poco después llegaría a cambiar la forma de llevar a cabo el atraque del barco de manera que el tiempo se vio reducido de veinte minutos a apenas siete. La nueva técnica resultó ser toda una revolución en la pequeña-gran historia de las conexiones marítimas gomeras.