El esfuerzo también es cosa de genes. Valeria y Paulina Castro Rodríguez son gemelas -salta a primera vista-, pero no se parecen solo físicamente, también en la capacidad de luchar por sus sueños. Ambas, naturales de La Palma, están entre los 45 alumnos que superaron el 13,5 de nota en las últimas pruebas de acceso a la Universidad en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. La primera, con un 13,835, y la segunda, con un 13,503. No es casualidad, ya eran buenas estudiantes, pero, además, se esforzaron "desde el minuto uno" cuando acabaron las clases porque no querían dejar margen a la suerte a la hora de decidir qué estudiar.

"Cuando terminó el curso nos pusimos a estudiar todos los días", reconoce Valeria. Ambas quieren hacer carrera investigadora cuando concluyan su formación universitaria. Es posible que la vocación de sus padres haya tenido algo que ver en sus aspiraciones. Él, matemático, da clases en el IES Eusebio Barreto, en Los Llanos de Aridane (La Palma), el centro donde estudiaron Valeria y Paulina. Ella es médico de profesión. El resultado es que una quiere estudiar el doble grado de Física y Matemáticas y la otra Biotecnología.

Paulina intuye que el paso a la Universidad será complicado, pero cree que el esfuerzo tiene recompensa y que serán capaces de salir adelante. "En cinco años pueden pasar muchas cosas, pero creo que si seguimos con este ritmo lo conseguiremos", subraya. Aún no han decidido dónde estudiar, pero sí que lo harán en la Península - "puede que en Madrid o Sevilla"-, en alguna de las universidades que ofrecen las carreras que buscan, y que se irán juntas. "Normalmente buscas a una amiga con la que irte, pero ¿qué mejor que irte con tu gemela?", dice Valeria con franqueza.

En la Evaluación de Bachillerato para Acceder a la Universidad (EBAU) iban buscando la nota, como todos sus compañeros, pero insisten en que lo que queda es el conocimiento. "En este caso necesitábamos la nota, pero lo más importante no es eso, sino lo que aprendes".

La búsqueda de la excelencia "no es nueva". Sus padres les han enseñado en la importancia que tiene el esfuerzo y no rendirse en la persecución de sus metas. Ambas repiten lo importante que es no desanimarse.

Sus profesores, "por supuesto", también han contribuido a sus buenos resultados. Valeria se acuerda en concreto de Angustias, "la profesora de Lengua", siempre acertada en sus consejos y recomendaciones. Además, cuenta con orgullo que tres alumnos de su centro han obtenido notas a partir del 13,5.

Aunque las diferencias entre estas dos chicas y los primeros de la provincia es escasa, las décimas cuentan cuando estás intentando entrar en una carrera. La nota más alta de la primera edición de la EBAU la consiguió David Riverol Martín (IES Cabrera Pinto), que obtuvo un 13,925. Le siguieron Carlos Bande Sánchez-Girón, del IES Viera y Clavijo, con un 13,845, y Yohaly Rodríguez, con un 13,84, de la Pureza de María de Santa Cruz de Tenerife. La mayoría de estos estudiantes de primera son de la escuela pública.

Valeria y Paulina reconocen que sienten tristeza por algunos de sus compañeros, que a pesar de esforzarse tanto como ellas no han conseguido la nota que necesitaban para entrar en los estudios que querían. "Estudiábamos todos juntos, en la misma sala de estudios, y aunque no hablábamos era gratificante sentir que todos estábamos allí para lo mismo. No sé, daba fuerzas", dice.

Este año alrededor de 300.000 jóvenes se han examinado en toda España de esta prueba, casi idéntica a la ya extinta Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), pero con algunas modificaciones puntuales que han sobrevivido a las críticas a la Lomce. Casi 10.000 lo han hecho en Canarias, a través de la Universidad lagunera o de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La tasa de aprobados en la primera convocatoria en la provincia de Santa Cruz de Tenerife alcanzó el 96,7%, lo que significa que 3.989 personas superaron la prueba de las 4.141 inscritas, mientras que 136 fueron calificadas como no aptas y 16 como no presentadas.