Canarias se enfrenta al mayor reto demográfico de su historia: el aumento de la longevidad provocará que el envejecimiento de la población bata su récord en los próximos años. Seremos más, pero, sobre todo, seremos más viejos. Según las proyecciones oficiales, en 2030 habrá alrededor de 500.000 personas que superen los 65 años, lo que obliga a transformar prácticamente todas las políticas públicas y no solo las que tienen que ver con la atención sociosanitaria. La promoción de la autonomía personal y de la actividad será "esencial".

Eso es lo que piensa la consejera de Políticas Sociales, Empleo y Vivienda, Cristina Valido, que ayer presentó, en el marco del Consejo canario de Mayores, los principios y las líneas de actuación de la Estrategia Canaria de Envejecimiento Activo 2017-2020. La responsable insistió en que, además de ampliar el número de plazas diurnas y residenciales en colaboración con los cabildos, es una prioridad transformar las ciudades y ponerlas al servicio de ciudadanos con otras necesidades.

En el Archipiélago viven en la actualidad 316.808 personas de más de 65 años, pero su peso será cada vez mayor sobre el total de habitantes y se producirá un "sobreenvejecimiento", es decir, un aumento del número de residentes que ya han cumplido los 80 años. En esta transformación de la pirámide de la población tendrán especial protagonismo las mujeres, que representarán el 57% de los mayores.

Los cálculos de la Consejería, a partir de la proyecciones que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), prevén que en 2027 el número de mayores de 65 ya haya crecido en un 35%, es decir, que supongan el 19% de la población (424.868 personas). Ese año se alcanzará el récord de mayores y tendrán más peso demográfico que nunca en la historia de la Comunidad Autónoma. Como la gente vivirá un mayor número de años, los más longevos rondarán los 120.000 -un 46% más que en la actualidad- y representarán un 28,8% del total de mayores y un 5,5% sobre el total de la población residente.

A ello hay que unir - y así lo contempla la estrategia- que Canarias es receptora de un considerable número de jubilados del norte y centro de Europa, la denominada migración internacional de retiro. Aunque "es probable que este segmento tenga un importante subregistro en las fuentes estadísticas", en 2016 había 31.911 extranjeros mayores de 65 años empadronados en Canarias. En otras palabras, los extranjeros suponen algo más de una décima parte de los mayores que viven en Canarias (tres de cada diez, en el caso de Fuerteventura) y "no es descabellado" pensar que estos "jubilados del norte" aumenten en los próximos años.

El documento también desmonta estereotipos y señala que frente a la imagen de enfermedad y soledad que predomina en el estereotipo que tienen los españoles respecto a los mayores (CIS, 2009), la realidad de la mayor parte de estos ciudadanos se encuentra bastante alejada de esa imagen. Para defender este argumento, la estrategia se nutre de la Encuesta de Salud de Canarias (2015), que señala que un 44% de los mayores en las Islas considera que su salud a lo largo del último año ha sido buena y un 7,3% la califica de muy buena. En cambio, solo un 12,5% afirma que su estado de salud ha sido o es malo o muy malo, más en el caso de las mujeres que de los hombres, que, además de más longevas, son más numerosas. En medio, algo más de una tercera parte opina que su estado de salud en el último año ha sido sólo "regular".

En este contexto, precisó Valido, las políticas orientadas a este sector creciente de población deben tener en cuenta no solo las grandes cifras, sino sobre todo su mayor diversidad. Los datos apuntan algunos de esos cambios en el perfil de los nuevos mayores: además de lo más obvio en el ámbito de la salud (su longevidad y una mayor población dependiente), en la estructura y composición de los hogares (con un incremento de los unipersonales y de parejas sin hijos), en relación a su poder adquisitivo (más años de inactividad económica y tiempo libre) y mayores niveles educativos y culturales, pero, "sobre todo, que serán actores sociales considerablemente más participativos y comprometidos".

Nivel adquisitivo de los mayores

La Estrategia de Envejecimiento Activo hace hincapié en otro aspecto que ha ido variando estos años y que será todavía más acusado en el futuro: su creciente poder adquisitivo y, en consecuencia, también, su importancia como consumidores. Según el documento, en la crisis los "abuelos" han adquirido más protagonismo, "bien como mantenedores con sus pensiones, bien por la relevancia de sus cuidados".

24.000 mayores con pensiones no contributivas

En Canarias unos 170.000 mayores perciben una pensión contributiva y 24.000 tienen una pensión no contributiva. A ellos podemos sumar

también las pensiones de viudedad, unas 79.000 más, que históricamente han beneficiado más a mujeres debido a que pocas de ellas tenían una actividad remunerada tras el matrimonio.