Otra jornada de la comisión de estudio de la reforma electoral canaria deparó ayer dos nuevas voces muy críticas con la triple paridad actual, con las barreras porcentuales existentes y, sobre todo, con la desproporción entre el valor de un voto en las islas no capitalinas respecto a Tenerife y Gran Canaria, que en algunos casos fluctúa de 16 o 18 a 1. Juan Hernández Bravo de Laguna, propuesto por el PP, y Rafael Álvarez Gil, invitado por el PSOE, coincidieron en plantear una lista regional para mitigar esa "injusticia" del sistema, trabajar en pro de una visión pancanaria que no existe por el excesivo peso del interés insular y, sin embargo, seguir manteniendo la circunscripción de cada isla porque eso nunca se ha cuestionado, ya que todas deben tener representación, aunque de forma más equilibrada entre territorio y población.

Aunque los dos defienden esa lista autonómica, Hernández prefirió no concretar el número de diputados que deben integrarla, si bien recalcó que se contempla como probable una de diez escaños hasta llegar a los 70. El jurista y politólogo Álvarez Gil se mojó mas y planteó dos opciones: o esa plancha de diez o aumentar en cinco los representantes de Tenerife y Gran Canaria en cada caso.

El diputado socialista Iñaki Lavandera se mostró más partidario de la plancha regional, aunque reconoció que, como ocurre con los candidatos al Congreso, los grandes partidos tenderán a incluir a representantes de las dos islas grandes en pro de tener más opciones de obtener votos.

Hernández comenzó recalcando que ningún sistema es inocente y que todos tienen consecuencias políticas, tanto los proporcionales como los mayoritarios (EEUU). De hecho, dijo que el español pretende ser proporcional, pero, al final, resulta más mayoritario. Además, dijo que lo lógico es que los que tienen que cambiar el sistema se muestren reticentes y alertó de los que están continuamente cuestionados porque eso genera ilegitimad y desconfianza, si bien todos son democráticos si emanan de instituciones así.

A su juicio, es injusto que el 14% de la población canaria elija el 50% de los diputados, aunque entiende la visión en las islas menores por la tradición de desconfiar de los diputados de otras islas, algo que Monzón (Podemos) no cree un obstáculo si realmente se invierte con visión regional. En su opinión, los partidos deben acordar que la plancha regional la lideren los candidatos a presidente sin que esto suscite los problemas jurídicos planteados por el portavoz de CC, José M. Ruano. Lavandera dijo que el PSOE prefiere que sea algo voluntario. Como es habitual, Curbelo (ASG) rechazó la plancha regional y el PP tampoco la apoya, aunque sí una mayor representación de las islas capitalinas.

Como Álvarez Gil y luego Juan Julio Fernández, Hernández criticó las barreras, dijo que la regional no tiene sentido al no haber circunscripción autonómica y abogó por seguir la doctrina constitucional de Alemania, que fija como razonable una barrera del 5 o 6% para cualquier elección.

A su juicio, no habría diputados diferentes, como no hay senadores diferentes, y habría que plantearse también una Cámara de doble lectura para cierto asuntos de Islas. Podemos, además, recordó que los cabildos no se eligen según la situación de las comarcas o municipios más alejados o con peor situación socioeconómica. Campos (NC) se mostró mayormente de acuerdo con estos dos ponentes.

No debió extrañar, ya que lo propuso CC, formación que, junto a ASG, más partidaria se sigue mostrando, sobre todo en sus islas no capitalinas, de la triple paridad. Sin embargo, ayer llamó la atención la intensidad con la que el exdiputado nacional de UCD entre 1979 y 1982 Juan Julio Fernández defendió este sistema, no ya solo en su contexto histórico, sino en la actualidad. Fue el último que intervino y se afanó en dejar claro que esa triple combinación ha funcionado "mejor que mal" y fue la "solución viable y la menos mala" para tener Estatuto de Autonomía.

Como todos los especialistas, Fernández sabe que "ningún sistema es perfecto". No obstante, y aunque cree que se puede "matizar", piensa que 60 diputados son suficientes. "Aumentarlos no es una ventaja ni incrementa la eficacia, y está mal visto por el ciudadano al subir el coste", señaló, sin tener en cuenta, eso sí, que los partidos que lo defienden plantean que no haya sobrecostes.

Fernández recurrió a una metáfora para decir que "una isla es un barco y hay que acomodar" la velocidad de una y otra, ayudando a los barcos con menos navegación, que es lo que ha ocurrido con el sistema. Por eso, cree que, si se quitan recursos a las menores, aumenta el despoblamiento y también el crecimiento en las centrales. No obstante, el sistema no ha impedido que, de facto, en El Hierro haya ahora solo unos 4.000 habitantes.

A su juicio, la proporcionalidad absoluta "es imposible" y la lista regional "no añade ninguna ventaja", si bien sí ve "excesivas" las barreras. "Lo insular marca y condiciona", dijo, al tiempo que culpa del mantenimiento de CC en el poder pese a no ser la más votada a los "prejuicios" entre PSC y PP. Además, pidió más "control" del gasto superfluo y reducir los ayuntamientos en plena época tecnológica. Asimismo, propone que se replante el papel del Gobierno, cabildos y consistorios, proponiendo "mirar al modelo" EEUU, concibiendo las listas abiertas como opción a explorar y afirmando que el sistema provincial "sobra, es artificial" y originador del pleito insular.