José Manuel Rodríguez es astrofísico, profesor del departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de La Laguna (ULL) y el fundador y CTO (director de tecnología) de la empresa Wooptix, la primera "spin off" que nace en la ULL. La semana pasada participó en las I Jornadas Doctorales de la institución, en las que aseguró que los ingenieros graduados por esta universidad son de los mejores a nivel mundial.

¿Por qué afirma que los ingenieros de la ULL son los mejores?

Por mi experiencia sé que los ingenieros informáticos, ingenieros electrónicos, físicos y matemáticos de la ULL son de primer nivel. Cuando hemos contratado a alguno, pensando en internacionalizar la empresa, teníamos claro que no queríamos un informático de fuera. Sabemos que los de aquí son buenísimos; los de fuera no tienen formación suficiente. Ni se me ocurre contratar a un ingeniero americano. Nosotros exportamos ingenieros porque somos buenos, de eso hay que estar convencido.

¿El equipo de Wooptix se compone de miembros de la ULL?

La mayor parte son egresados de la ULL: físicos, ingenieros electrónicos, informáticos, ópticos... Y hay un chico que entró ahora que es de la Universidad de Murcia, pero que leyó la tesis en la ULL. Son 17 personas. Pensamos crecer, pero primero vamos a ver si vendemos la escoba y luego ya te digo...

¿Por qué eligieron el nombre de Wooptix?

La primera empresa que se interesó se llamaba Woxter, que es una empresa que vende informática variada y apostó por nosotros. Fue quien nos llevó a Silicon Valley. Cuando decidimos iniciar la aventura dedicada a la óptica, se mantuvo la raíz "wo" y se le añadió "optix", de óptica. También "whoop" en inglés significa sorpresa. Es un tema de márquetin.

¿Cómo surgen las ideas para crear Wooptix?

Surgen a partir de que patentas. Una de las cosas que veía desde que era alumno de doctorado es que creamos cosas y las regalamos al publicarlas. Me preguntaba por qué hay grandes empresas tecnológicas en EEUU o en Japón y por qué aquí no había nada que se le pareciese, ni siquiera en España. La razón era que aquí lo único que hace la gente es publicar; aquí no se patenta. Me di cuenta de que lo primero era patentar. De hecho, durante mi tesis -en el IAC- hice mi primera patente para cofasear los segmentos del telescopio, el Grantecan. Pero el IAC decidió no invertir en el mantenimiento después del primer año, porque consideraron que era un gasto sin futuro. En aquella época era lógico, no había crisis y a nadie se le ocurría montar empresas tecnológicas cuando las de turismo y construcción ya daban de comer. Pero el hecho de que hubiese crisis y que los alumnos de doctorado se fueran a otros países porque no había plazas aquí, o que al final tus ideas se llevan a cabo fuera sin tu consentimiento, te lleva a crear una empresa para poder sacar partido a todas esas ideas que tienes. Nosotros, los latinos, tenemos cierta imaginación, y si tienes una buena formación y además una imaginación inherente tendrás buenas ideas que vender. Tener ideas no es tan fácil, pero por fortuna las tenemos y tenemos la formación y el dinero para llevarlas a cabo, que es lo que importa.

¿Qué hace especial el proyecto de la empresa?

Con cualquier cámara -móvil, vídeo, fotografía- tomamos información tridimensional de la escena, volumétrica. Eso hasta ahora se hacía con dos cámaras y nosotros lo hacemos con una sola. Cualquier cámara normal puede ser 3D, pero no solo de 3D estéreo, que tiene el problema de que marea a mucha gente, sino el 3D del futuro, que no marea. Porque, a pesar de que tomamos la imagen con una lente, podemos generar el punto de vista desde cualquier sitio, y eso, cuando lo muestras en una pantalla denominada integral, no marea. Hemos democratizado y garantizado la captura tridimensional.

¿Cómo era el prototipo inicial de Wooptix?

Era una cámara de cine a la que le añadimos un objetivo con microlentes para transformarla en 3D. Tenía el problema de que perdías resolución, la imagen no se veía con toda la definición del sensor. Luego la transformamos en una cámara Sony, también con microlentes pero pequeña, que transmitía la imagen por wifi a un móvil o tableta y se controlaba por Android. Ahora todo va en un móvil normal del mercado, sin nada nuevo, solo lo nuestro.

¿Un usuario corriente puede utilizar la cámara en cualquier móvil?

Sí. Te sacas una foto y te ves en 3D aunque la pantalla sea bidimensional. Hace falta un móvil convencional con nuestro software.

¿Qué ha sido lo más difícil del proyecto?

La solución técnica que hemos conseguido era muy difícil de conseguir. En 2012 quitamos las microlentes de la cámara y ahora tenemos toda la definición del sensor. Somos los únicos que lo hacemos en el mundo, por esto está patentado. Es una verdadera nueva tecnología, rompedora, algo de lo que estamos orgullosos. En el proceso de conseguir una "spin off" lo más difícil ha sido convencer a los inversores, por la inexperiencia de dónde ir a buscarlos.

¿A quiénes puede aportar algo Wooptix?

Venimos de astrofísica y algo que nos fastidiaba la imagen era la atmósfera. La imagen tiembla y en vez de dos estrellas, ves una mancha. No se aprovecha todo el diámetro del telescopio; como está bajo, la atmósfera se ve mal. Para corregirlo hay que ponerle "unas gafas" que en menos de diez milisegundos permitan medir y modificar el espejo para ver bien. Pero la atmósfera es transparente y lo que estamos averiguando es cómo se inclinan los rayos por culpa de los cambios de índice de refracción. Esa misma tecnología se la aplicamos a neuronas, que son transparentes, y sin aplicar químicos podemos ver cómo son. La tomamos desde un punto de vista y la vemos por detrás. Es más, no hace falta cortar la muestra, ya puede estar vivo el sujeto. Eso hacemos, vemos objetos transparentes en 3D. Tiene multitud de aplicaciones. Ya está en móviles y estamos caminando hacia microscopía, el sector industrial, técnicas de control de calidad, hacia el automóvil autónomo... Desde el punto de vista económico, intentamos transformar la economía canaria y demostrar que puede haber quizá un 30% de economía dedicada al sector tecnológico, para no depender en exclusiva de la construcción y el turismo.

¿Cuándo tendremos acceso a esta tecnología futurista?

Queremos llegar al mercado cuanto antes. Esperamos que sea este año o el que viene.

Publicación vs. transferencia

José Manuel Rodríguez ofreció consejos para desarrollar proyectos a los doctorandos y alumnos de máster en las I Jornadas Doctorales de la ULL. "Se ponen a investigar y no el primer día ni el primer año, pero en el tercer año se les puede ocurrir algo y cuando tengan la idea, tienen que protegerla", apuntó. El investigador insistió en este punto porque afirma que en España se valoran más las publicaciones de los investigadores que la transferencia de conocimiento. El problema de no patentar es que el trabajo queda desprotegido y "hay científicos que pueden tomar ideas y luego protegerlas". Para él, lo que se puede vender en Canarias es "conocimiento, materia gris" y, aunque no está en contra de las publicaciones, sí advirtió de que "si se regala el conocimiento en publicaciones, otros lo venderán". Una vez obtenida la patente, José Manuel aconseja licenciar el proyecto (que una empresa lo compre para desarrollarlo). Pero es muy difícil y "lo más natural ahora es que desde el propio equipo investigador se desgaje un grupo que decida montar una spin-off y que explote esas patentes". Recomendó destinar una parte de la financiación a construir prototipos, ya que son los que atraen a los inversores, "porque van a decir que quieren verlo", aunque sea rudimentario, luego habrá tiempo de "hacerlo más bonito". Y el problema es que tendrán que buscar a estos inversores fuera, porque, según declaró, "el negocio tecnológico está en pañales en Canarias".