El puesto de secretario de la mesa en las elecciones sindicales está reservado al miembro más joven del personal. Sin embargo, en varios de los ámbitos de la Administración de la Comunidad Autónoma la misma persona ha repetido en esta función durante los procesos electorales celebrados en los últimos años. Esta situación es algo más que una anécdota: demuestra el envejecimiento que ha sufrido la plantilla de trabajadores públicos de las Islas como consecuencia de la crisis y de las restricciones impuestas a la convocatoria de ofertas de empleo.

El ejemplo lo pone Fernando Escrich, secretario general de Sepca (Sindicato de Empleados Públicos de Canarias), una organización que ha revalidado este mes su mayoría en los órganos de representación del personal funcionario. Los datos que maneja este sindicato, extraídos de la información facilitada por sus representantes en comités de empresa y juntas de personal, apuntan a que entre el 58% y el 65% de los trabajadores de la Administración General supera los cincuenta años y que prácticamente el 90% tiene más de cuarenta. Según Escrich, la cercanía de muchas jubilaciones hace temer un vacío en la prestación de los servicios.

"El Gobierno dispone de la fecha de nacimiento de los trabajadores y puede prever las jubilaciones", dice el secretario general de Sepca, que, aunque reconoce algunas mejoras en los últimos años, advierte de la necesidad de planificar "a años vista". La falta de recursos es el principal obstáculo para que las plantillas de funcionarios y personal laboral no de despueblen por la coincidencia del retiro de un volumen importante de trabajadores que se incorporaron al servicio en momentos muy próximos -en los primeros pasos de la autonomía- y que reúnen "perfiles muy característicos".

Según la organización sindical, la propia Dirección General de Función Pública reconoce en las mesas de negociación que carece de medios suficientes para abordar esta tarea con la necesaria agilidad. "Parece que va a haber ofertas de empleo. El consejero (Aarón Afonso) y el director general (José Gregorio Martín) tienen voluntad, pero Función Pública no puede ir más deprisa. Hemos pedido que se potencie", insiste Escrich.

Las dificultades financieras fueron abordadas por las administraciones con ajustes en sus plantillas y limitaciones para reemplazar las plazas vacantes -la tasa de reposición ha estado a cero en la mayoría de los sectores-, una política que, a juicio de Sepca, "fue fácil de vender a la ciudadanía" en el inicio de la crisis. Sin embargo, el resultado ha sido la pérdida de puestos de trabajo y, derivado de ella, "el recorte no solo del gasto, sino también de los servicios públicos".

La ausencia de una "cultura" de listas de sustitución -como sí existen en la educación y la sanidad- complica la cobertura de los puestos que quedan vacíos. Por ello, Sepca ha propuesto la creación de listas de reserva específicas para funcionarios de carrera.

La pirámide de edad de los trabajadores de la Administración General -un área en el que las deficiencias "se notan menos, pero las hay", apunta Escrich- revela, a juicio del sindicato, que se ha privado a varias generaciones de participar en este tipo de empleo y dibujan un futuro cercano marcado por las dificultades de renovación.

Un sindicato sin subvenciones

Las recientes elecciones sindicales en la Administración de la Comunidad Autónoma otorgaron a Sepca quince delegados en las Juntas de Personal Funcionario, con lo que se sitúa de nuevo como la organización con mayor representación. Su secretario general, Fernando Escrich, esboza algunas de las características del sindicato; entre ellas, su negativa a recibir subvenciones del Gobierno de Canarias. "Si solo cobras de tus afiliados, nadie te puede torcer la mano en una negociación", opina, para el que esta independencia económica respecto a la Administración da a Sepca "mucha libertad". Aunque no participa en negociaciones con el Ejecutivo central, los afiliados de la organización sindical también han rechazado con sus votos recibir financiación del Estado.

La precariedad, una mala costumbre

La Administración autonómica ha tenido durante años la "mentalidad" de mantener al trabajador en precario, sostiene el dirigente de Sepca. Hubo momentos, recuerda, en los que el 50% del personal era temporal, una cifra que en algunos colectivos ascendía al 80%, según los datos del sindicato. Esta situación obligó a crear una asociación de personal temporal. Aunque esta tendencia ha remitido, explica Escrich, aún se firman este tipo de contratos, en ocasiones a través de empresas externas "en fraude de ley", lo que suele terminar en denuncias y sentencias que reconocen la vinculación con la Administración.

Un protocolo que regule la movilidad

Las políticas de movilidad de los empleados públicos han funcionado "mal" y solo se han puesto en marcha cuando "han interesado a la parte política y no al trabajador", según Sepca. La organización sindical reclama, en este sentido, "un procedimiento o protocolo totalmente transparente y aséptico para moverse entre administraciones". Este instrumento contribuiría, en opinión de Fernando Escrich, a reorganizar y equilibrar las cargas de trabajo.