Fuerteventura conserva más de 300 hornos de la época en la que suministraba cal a otras islas, un legado con un gran potencial cultural y turístico que una especialista en este material sugiere proponer a la lista del Patrimonio Material de la Humanidad de la Unesco.

Sonia Argano estudió restauración en Barcelona, donde comenzó trabajando en yacimientos arqueológicos de época romana. Poco después, se vio subida a un andamio retocando los estucos modernistas de las viviendas del Paseo de Gracia o intentando recuperar la fachada del Colegio de Abogados de la capital catalana.

De ahí, a las iglesias de Andorra y a los mosaicos de Argelia, país al que llegó para dar clases de restauración en la Facultad de Bellas Artes bajo el paraguas de la Agencia Española de Cooperación.

En todo ese tiempo, la restauradora no dejó de formarse en aspectos tan específicos como la química de la cal, hasta convertirse en una de las voces más cualificadas sobre el tema en el gremio de los restauradores.

Tampoco de defender la necesidad de volver a este material como elemento de restauración frente a otros más modernos y dañinos para el patrimonio, como el cemento.

Argano llegó a Fuerteventura en 2014 por "las casualidades de la vida", pero jamás imaginó que su nuevo domicilio había sido, desde el siglo XVI, una de las principales caleras del archipiélago.

De los puertos majoreros de El Tostón, Caleta de Fuste y La Peña y más tarde Puerto de Cabras salieron barcos cargados de cal "de excelente calidad" rumbo a otros puntos del archipiélago.

Al mismo tiempo, surgían topónimos que daban fe de la existencia de importantes caleras en la zona.

La restauradora reconoce, en una entrevista con Efe, la sorpresa que se llevó al llegar a un lugar "donde la cal ha sido el motor económico y gracias a la cual su población ha superado épocas de sequía y de carencias en la agricultura".

La llamada de la cal majorera no tardó en llegar a Sonia Argano a pesar de que, en un primer momento, no tenía pensado dedicarse en Fuerteventura a temas de patrimonio y restauración. Meses después de llegar a la isla, comenzó a redactar un proyecto para el Cabildo con la intención de volver a poner en uso los hornos majoreros.

La restauradora explica cómo la cal "formó parte de la economía tradicional de la isla y fue el elemento constructivo básico", por lo que se le ocurrió presentar un proyecto donde proponía crear "la ruta de la cal, señalizando los hornos más emblemáticos y mejor conservados".

Además, el proyecto contempla la creación de un centro de interpretación de la cal en los antiguos hornos del barrio capitalino de El Charco. En este sueño, le acompaña la Asociación de Vecinos los Hornos de El Charco.

Para esta especialista, la intención es que "los majoreros conozcan esta parte importante de su historia además de que la isla obtenga un nuevo producto turístico que ofrecer a los visitantes".

A su juicio, no existe otro lugar en España donde se conserven tantos hornos de cal -más de 300, la mayoría en buen estado- en un espacio tan reducido, frente a lugares como Cataluña, donde han desaparecido prácticamente.

Por ello, esta especialista en restauración pone en pista a las instituciones locales sobre la necesidad de proponer estos lugares a la Unesco para su distinción como Patrimonio Material de la Humanidad, lo que permitiría un valor añadido al destino turístico majorero.

La idea de que la isla obtenga este sello no es baladí y la restauradora pone como ejemplo la cal de Morón de la Frontera, en Sevilla, que consiguió entrar en la lista de la Unesco en 2011.

Sonia Argano explica cómo en esta localidad andaluza unos productores de cal han vuelto a las técnicas tradicionales y a usar el material que producen para restauraciones.

"Ellos mismos me han comentado que podría solicitarse el sello para Fuerteventura", asegura esta especialista, que se muestra tajante en asegurar que los hornos majoreros seguro que seducirán a la Unesco.

Mañana, jueves, la restauradora participará en unas jornadas sobre la cal en Fuerteventura donde intentará convencer a arquitectos, técnicos de patrimonio histórico y otros profesionales del sector sobre la importancia de la cal como elemento de restauración además de la necesidad de que Fuerteventura apueste por esta parte de la historia.