La "frontera" del pacto regional entre CC y PSOE sigue en el mismo sitio, en si se aborta o no la censura presentada por los socialistas en el municipio herreño de ese nombre, pero la mar de fondo que, desde el principio, ha acompañado a este acuerdo ha aflorado como nunca en las últimas horas. Según diversas fuentes de CC que ratifican en el PSC, el problema ahora radica en que líderes nacionalistas claves de Tenerife, como el presidente insular, Carlos Alonso, y el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, están aprovechando la coyuntura para presionar o, más suavemente, sugerir de forma insistente al presidente, Fernando Clavijo, la conveniencia de romper ya el pacto suscrito el pasado mes de junio, lo que sería, sin duda, un récord difícil de hallarle parangón en las democracias occidentales.

A estas presiones se suma, además, la situación en el Cabildo de Lanzarote y buena parte de CC en esta Isla tensando la cuerda para pactar con el PP; a unos nacionalistas palmeros agazapados, pero sin ningún problema en revertir por completo la situación, y a los integrantes de la Agrupación de Independientes de El Hierro (AHI) que, según ratificaron anoche en un consejo político insular, exigen al partido que evite política o jurídicamente la ya célebre censura. De lo contrario, las consecuencias pueden ser considerables, como la retirada del apoyo de los dos diputados de AHI al actual Gobierno autónomo e, incluso, la desligazón del senador de CC por esta Isla del resto de la formación hasta las generales y más allá si no se rectifica.

Con este panorama, los nacionalistas se reunirán durante la mañana de hoy en su sede de la calle santacrucera de Galcerán mediante la conocida como Permanente de CC. Según las citadas fuentes, Clavijo y su entorno más cercano tratan de capear el temporal, entre otras cosas porque ni conciben una ruptura del pacto desde CC apenas tres meses después de suscribirlo por lo que supondría en la historia de las Islas y porque las consecuencias electorales ante las generales son impredecibles, pero, sobre todo, probablemente perjudiciales.

Desde la óptica de los que apuestan por el bisturí radical, la primera censura presentada al pacto y la difícil reconducción de la situación genérica en El Hierro, sumado a otros incumplimientos mutuos y a las afinidades de un sector de CC con el PP, aconsejan tomar esa medida, a priori, drástica. Al fin y al cabo, sería bastante coherente con el acuerdo suscrito por Bermúdez con el PP de Santa Cruz y con la querencia de Alonso hacia Manuel Domínguez y los populares, con su Pacto por Tenerife, el mayor peso político de CC en el Cabildo pese a su retroceso y que el líder insular de los conservadores diga sin rubor ni respuesta que siente que cogobierna en la Isla.

La situación de El Hierro tiene difícil solución. AHI respaldó ayer la postura contraria de la presidente insular, Belén Allende, a pactar con el PSOE en el Cabildo si no se van los números 1 y 2 de los socialistas, que firmaron la censura en su contra en el mandato anterior. Uno de los aludidos, el expresidente herreño Alpidio Armas, insistió ayer a EL DÍA en que jamás aceptarán esas condiciones y que la censura en La Frontera no tiene marcha atrás. Además, indicó que informaron de esa negociación al partido a escala regional y a la vicepresidenta, Patricia Hernández, hace semanas, aunque no en los días previos a la presentación de la ya crítica moción.

Eso sí, según Armas, incluso con una victoria del PP en las generales, no está claro que el Gobierno regional caiga, "aunque puede haber un replanteamiento del acuerdo".

Todas las miradas y oídos, pues, estarán hoy en Galcerán.