Diálogo y unidad para afrontar "un tiempo nuevo". Fernando Clavijo pidió ayer el apoyo del Parlamento canario a su investidura como presidente con un discurso tan conciliador como él mismo se precia de ser. Honró el legado de sus siete predecesores -citó fragmentos de sus intervenciones en idéntico momento al que él mismo vivía ayer-, desgranó propuestas dirigidas a satisfacer tanto al ala derecha de la Cámara como a la izquierda -sin demasiado éxito, al menos a tenor de las reacciones de los grupos- y se comprometió a poner en marcha "una nueva transición" en las Islas, tanto política como económica, y a ser implacable con los comportamientos poco ejemplares.

El Archipiélago afronta -según el que hoy será investido nuevo jefe del Ejecutivo- un "ahora o nunca" que no implica una reconstrucción -"aunque algo se ha roto" durante la crisis, dijo- ni una reinvención. Sí es necesaria, en cambio, una renovación. "Debemos renovarnos, asumiendo que debemos volver a creer en nuestras capacidades como pueblo".

Para alcanzar este objetivo, Clavijo llamó a la unidad de los partidos -más allá de su alianza con el PSOE-, a la concertación social y a la sintonía con la sociedad civil y la ciudadanía. Se trata, explicó, de que "la calle no hable de lo que se dice en el Parlamento, sino que en el Parlamento se hable de lo que dice la calle". "El talento y la experiencia" de los ciudadanos son, a su juicio, las herramientas que deben esgrimirse para que el reto de cerrar las heridas de la crisis, crecer y "trabajar para que los canarios consigan el marco adecuado para acercarse a la felicidad" -en palabras, ayer recuperadas, de Adán Martín- se resuelva con éxito.

En otra muestra de esa búsqueda de la armonía, Clavijo apeló directamente a los líderes de los grupos políticos -"Patricia, María Australia, Noemí, Román, Casimiro..."- y les invitó a ser "esos hombres y mujeres que traerán tiempos de prosperidad a esta tierra" y a "ser los protagonistas de una política justa y serena". En este punto, se rebeló contra la tendencia que apunta a la existencia de una nueva y una vieja política. "No es cierto. Lo que existe es la buena y la mala política".

Y para hacer buena política es imprescindible, advirtió, "recuperar la confianza de los ciudadanos". Todo cargo público al que se le abra juicio oral por corrupción deberá dimitir o será destituido, o incluso en algún momento procesal previo, si así se considerase.

En su voluntad de fraguar acuerdos, el que será octavo presidente de la autonomía ofreció la apertura de una mesa de debate y análisis sobre la reforma electoral. Eso sí, recordó que la propuesta de reforma del Estatuto ya permite cambios en este sentido y puso una línea roja: "No creo en una Canarias con islas de primera y segunda categoría", advirtió.

El repaso del nacionalista por las prioridades que debe acometer su gobierno comenzó por el paro. Aunque aseguró no creer en "fórmulas mágicas", recurrió por primera vez en el discurso a lo que parece una receta habitual de su programa de gobierno: la simplificación administrativa. Las empresas "son las que generan empleo", y al Ejecutivo le corresponde crear las condiciones "para que la burocracia no sea un obstáculo para la economía". "Que la Administración no frene, sino impulse", resumió. Entre las medidas más llamativas, se refirió a la posibilidad de conceder incentivos fiscales a las empresas que incorporen "trabajadores residentes con cualificación universitaria o Formación Profesional".

La diversificación económica, otro clásico de las sesiones de investidura, también fue protagonista ayer. Sin despreciar el potencial de las actividades tradicionales para reducir el paro a corto plazo, Clavijo hizo hincapié en que ni en las épocas de expansión ha habido pleno empleo, por lo que abogó por promover la investigación, las energías renovables y la industria.

El turismo exige "una auténtica revolución", fundamentada en cuatro principios: reducir trabas burocráticas, renovar espacios obsoletos, crear nuevos productos y apostar por la innovación.

No hubo en la intervención de Fernando Clavijo palabras airadas hacia el Gobierno central. En los puntos en que hay discrepancia -carreteras o aeropuertos-, se mostró partidario de "reabrir el diálogo" o de "trabajar" de forma conjunta. De hecho, anunció que una de sus primeras medidas será pedir una reunión con Mariano Rajoy para negociar una "agenda canaria" que incluya, entre otros asuntos, la mejora de la financiación autonómica, la reforma del Estatuto de Autonomía, el REF económico o los asuntos europeos.

En el capítulo social, garantizó que la lucha contra la pobreza y la desigualdad contará con "todos los recursos humanos necesarios", entre ellos un comisionado del Gobierno. Propuso un pacto por la sanidad, avanzó que seguirá reclamando una "justa" financiación sanitaria, anunció una nueva ley de servicios sociales, sugirió la incorporación de las universidades al pacto educativo y perfiló "una estrategia orientada a la paralización de los desahucios" para "actuar legalmente" en esta materia, consistente en una oficina de mediación que ofrecerá alternativas a los desalojos y en sanciones para los bancos que "mantengan cláusulas abusivas".