La noticia llegó como un mazazo poco después del acceso del Partido Popular al Gobierno de España: el Plan de Infraestructuras Educativas entre los ejecutivos central y canario era suspendido después de quince años de vigencia. En plena crisis, la Comunidad Autónoma se quedaba sin fondos estatales para la construcción y renovación de sus envejecidos centros escolares.

La necesidad aguzó el ingenio, y la Consejería de Educación pronto anunció una iniciativa que permitiría salvar el obstáculo. El sector privado adelantaría el dinero para ejecutar quince nuevos colegios e institutos a cambio de gestionar algunos de sus servicios. Transcurridos casi tres años desde entonces, nada se sabe de uno de los proyectos más emblemáticos de José Miguel Pérez al frente de la Administración educativa regional.

La Consejería no explica los motivos -pese a los intentos de este periódico- del frenazo a una medida que a comienzos de 2014 parecía inminente. Entonces Pérez confiaba en que las obras salieran a concurso antes del verano, de manera que Canarias pudiera contar pronto con quince centros que darían respuesta a las necesidades que pudieran surgir en materia de escolarización "durante muchos años".

El propio consejero despejó, tras una reunión con el sector de la construcción, las dudas sobre la viabilidad legal del proyecto y garantizó que las cantidades que el Gobierno debería devolver a las empresas después de que estas las adelantasen -unos 80 millones de euros- no computarían como deuda.

El Ejecutivo tenía la intención de que cinco de los nuevos centros se localizaran en Tenerife, concretamente en el sur de la Isla, que ha experimentado un gran aumento de la población escolar en los últimos años. Se trata de los institutos de Secundaria (IES) Las Chafiras, en San Miguel de Abona, y Guaza, en Arona, y de los colegios de Infantil y Primaria (CEIP) Puntalarga, en Candelaria, y Arico y Tijoco Bajo, en Adeje.

Lanzarote y Fuerteventura contarían con tres nuevos centros cada una: los IES La Medular (Arrecife) y Haría y el CEIP El Quintero (San Bartolomé) en la primera de las islas y los CEIP Morro Jable (Pájara), El Castillo (Antigua) y Villaverde (La Oliva) en la segunda.

Para Gran Canaria se habían planificado dos nuevas infraestructuras, un IES en Gáldar y la ampliación del CEIP El Cardón, en Santa Lucía de Tirajana. El centro de educación obligatoria (CEO) Juan XXIII, en Tazacorte, ampliaría la oferta de La Palma, mientras que el CEIP Valverde se incorporaría al mapa escolar de El Hierro.

Aunque la colaboración público-privada no haya prosperado, y pese a la retirada de los fondos estatales, la construcción de centros no se ha detenido durante los últimos años. Una muestra de ello es la edificación de los primeros cinco centros integrados de Formación Profesional (CIPF) de nueva planta, además de algunos colegios, institutos y escuelas infantiles. Pero las necesidades en esta materia persisten y queda mucho por hacer.